Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 14 de abril de 2025
Para Lampadia
Las plantas no leen periódicos, ni ven televisión y – menos – interactúan en redes sociales. Por eso me gusta tanto la agricultura. Efectivamente, las plantas no se inmutan – como nosotros – por los escándalos políticos que ocurren todos los días en nuestro país, ni por las locuras arancelarias propiciada por el Presidente Trump, de los EEUU… y mil otras estupideces más.
Lo único que necesitan las plantas para crecer y fructificar es agua, nutrientes, buen clima y ayuda para combatir plagas y enfermedades. Y todo eso tienen nuestras plantas.
A ese respecto… ¿qué me comentan del súper año de agua que estamos viviendo? Ciertamente, somos un país bendecido por el agua. Por eso – precisamente – repudio a aquellos “especialistas” en pronosticar males y desdichas que, al más puro estilo de los agoreros del medioevo, insisten en anunciar sequías apocalípticas para la agricultura de nuestro país.
Lo he dicho mil veces y lo repito. En vez de tantos informes y charlatanerías respecto de sequías y escaseces, hagamos reservorios en la Sierra – desde Cajamarca hasta Puno – y guardemos parte de las abundantes aguas de lluvias que tenemos todos los años, entre los meses de diciembre y abril (como ahora) … y resuelto el problema. Pasaríamos de ser un país con mucha agua estacional, a un país con agua todo el año. ¡Un paraíso!
Bueno pues, teniendo alineados los astros del agua, nutrientes, clima y sanidad, se nos viene otro súper año agrícola 2025. Me refiero… productivamente. Al menos, el trimestre enero / marzo 2025 ha sido el mejor primer trimestre agrícola, desde que tengo uso de razón.
En efecto, aunque chillen los detractores de nuestra agricultura – sobre todo, los detractores de nuestra agricultura exportadora – en el 2025 vamos a producir más frutas y hortalizas que nunca: arándanos, uvas, paltas, mangos, cebollas, y demás. Incluso quinua… con Puno a la cabeza.
En lo que va del año, Olmos ha batido todos los récords en uvas y mangos. Y en paltas, éste será un gran año para Olmos.
¡Cómo que fracasó el trasvase! ¿Con qué agua creen que está saliendo tanta producción de la irrigación? ¡Ay políticos, académicos y periodistas envidiosos y acomplejados… qué atrevida es la ignorancia!
Ahora bien, a lo que quería llegar es que – tal como nos acaba de pasar con el mango, el limón y la cebolla – se viene un cosechón de paltas. Para información de la ciudadanía, las mayores cosechas de paltas en la Costa peruana – donde más paltas se cultivan a nivel nacional – ocurren entre los meses de mayo y setiembre, de cada año. Ergo, estamos al inicio de la campaña grande de paltas, y – por información de los propios agricultores – “se viene mucha palta”.
¿Cuánta palta? Récord histórico. Este año – 2025 – vamos a exportar más de 600 mil toneladas. 650 mil, quizás. O sea, cualquier cantidad de palta. Y todo se concentrará en los próximos cinco meses. Y encima, a diferencia de años anteriores, este año llegaremos a mercados inmersos en guerras comerciales tan impredecibles, como la propiciada por el Presidente Trump. Es decir, incertidumbre total.
Entonces… ¿qué hacer? Pues, comer paltas. Dicho sea de paso… un súper alimento.
Como que una reciente edición de la revista científica Current Developments in Nutrition (Desarrollos Recientes en Nutrición) revela que consumir una palta al día mejora la calidad de la alimentación, disminuye el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2 y, también, cardiopatías.
En ese sentido, los peruanos comemos poca palta – muy poca – en comparación con la población de países como México, Chile, EEUU y Europa.
Así que ya saben. Avisados estamos. Se viene mucha palta en nuestro país, en los próximos meses. Los mercados de destino – EEUU, Europa y Asia – están enfrentados en una guerra comercial sin precedentes. Consecuentemente, los precios de las paltas bajarán en todo el mundo.
Que no nos pase lo que nos pasó – hace poco – con el mango. Que en vez de consumirlo internamente – y distribuirlo masivamente en Ollas Comunes y Comedores Populares – hubo que enterrar mucha fruta, por exceso de producción.
Ergo, a comerrr… paltas. Lampadia