Jaime Spak
Para Lampadia
En muchas oportunidades amigos cercanos, me preguntan ¿por qué escribo sobre situaciones negativas que suceden en el Perú?
Intento en algunos artículos, escribir sobre las inmensas bondades de nuestra querida patria y sobre todo de nuestra gente.
Sin embargo, la realidad me abruma, por la imposibilidad de lograr que el Perú no siga yendo por el camino de la desesperanza y se convierta en un estado fallido.
El Perú tiene cosas maravillosas, que bien administradas, nos podría convertir en el país en vías de desarrollo que deseamos y no solo una mención retórica.
Pero me duele la realidad.
El principal activo que tenemos es nuestra gente.
Me produce un gran dolor, saber que nuestra juventud aspira, una vez que culmine sus estudios, emigrar.
Hace unos años el Perú crecía y los jóvenes sean profesionales o no, tenían sueldos dignos.
¿Como podemos hacer un mejor país, si la mejor gente nos abandona, pues ven mejor futuro en el extranjero?
Me produce mucho dolor cuando veo que la educación está en un estado calamitoso.
En las pruebas Pisa, que miden la calidad de nuestros estudiantes, salimos jalados con un promedio de 23 sobre 60.
Es como haber sacado 08 en promedio y estamos en el puesto 07 dentro de 12 países en Latinoamérica.
El dolor que me produce que el sistema de salud este colapsado y que una persona que no tiene recursos, sencillamente se muere.
El estado, no puede responder a tiempo sus requerimientos.
Una persona que se le diagnostica una enfermedad severa debe esperar meses para conseguir una cita y si llega con vida a esa cita, conseguir medicinas es una utopía, pues brillan por su ausencia.
Como puede uno estar tranquilo, si la inseguridad la tenemos a la vuelta de la esquina.
La cantidad de gente humilde que es extorsionada, asesinada y sometida la familia a situaciones límite, genera que el dolor sea una constante en sus vidas.
Vean la cantidad de transportistas asesinados por no pagar cupos.
Hace más de 20 años, nos han engañado con una supuesta descentralización, que convirtieron los departamentos en regiones.
Gente inescrupulosa se convirtieron en gobernadores y en lugar de hacer obras, empezaron a delinquir.
La cantidad de gobernadores presos, así lo confirma.
Una descentralización, significa unir a departamentos en máximo 6 regiones, para que se conviertan en polos de desarrollo.
Pero con mucho dolor veo que nadie mueve un dedo para cambiar esta absurda realidad.
Y si hablamos de la justicia, me produce un dolor más profundo, pues el Perú se ha convertido en el país en la cual apenas son sentenciados, se dan a la fuga y nadie los ubica.
No olvidemos al juez Hinostroza, fugado hace años, el exministro Juan Silva, Vladimir Cerrón, Nicanor Boluarte, el excongresista Urtecho y su esposa, por dar algunos ejemplos.
Y qué decir de expresidentes que están en la cárcel y otros que acabaran de la misma manera.
Como no nos va a producir un dolor enorme, si las más altas autoridades evaden la justicia y nadie hace nada por capturarlos.
¿Ustedes creen que el ministro del interior, que es un ayayero de la presidente Boluarte, va a mover un dedo para capturar a Cerrón o a su hermano??
Obviamente que no.
Como me duele cuando uno viaja por el interior del país y ve el deterioro de nuestras vías.
Los que más sufren con este déficit de vías, son los pequeños agricultores, que no puede sacar sus cosechas de manera oportuna y tiene que seguir aceptando que los intermediarios le compren a precio irrisorio su producción.
Un dolor profundo me produce el hecho que no hagamos una campaña mediática, que debe de partir del gobierno para que entiendan de una vez por todas que el Perú es un país minero.
Que el desarrollo de la minería produce bienestar en los asientos mineros, en las poblaciones aledañas y se convierte en importantes ingresos para el país.
Solo para poner un ejemplo, en Antamina, los trabajadores tienen sueldos dignos, seguros de salud, reciben reparto de utilidades, educación para los hijos, etc.
Si eso lo extrapolamos a los otros proyectos mineros y se logra destrabar los que están durmiendo el sueño de los justos, otra seria la realidad del país.
En lugar de ello intentan renovar el Reinfo, rescatan Petroperú con más de veinte mil millones de soles.
Ese dinero se podría invertir en salud, educación, seguridad, infraestructura.
Díganme si eso no les produce un dolor en el corazón a ustedes.
Pues bien, para poder superar ese dolor que nos genera nuestro país, requerimos con carácter de urgencia una dosis de analgésicos potentes, que solo lo podrá recetar y administrar un nuevo gobierno honesto, capaz y con la mejor gente posible.
Es lo único que nos quitara ese dolor que siento y que sean empáticos con mi sentir.
Pero debemos de unirnos, sino de nada valdrá el esfuerzo. Lampadia