En abril de este año se presentó el 16° Barómetro de la Confianza para la Inversión, un estudio bianual elaborado por EY Perú (Ernst & Young). Este informe presenta las perspectivas de altos ejecutivos de empresas de diversos sectores respecto a sus estrategias de crecimiento, de fusiones y adquisiciones, acceso a capital, así como de la situación macroeconómica.
El informe mostró noticias alentadoras con respecto al crecimiento del país y el comportamiento empresarial en el futuro próximo, mostrándose más optimista, con el 60% de encuestados proyectando mejoras económicas para el país, casi triplicando las expectativas de hace un año (21%) y el nivel más alto registrado para el Perú y la primera vez que supera los resultados globales. Este crecimiento en las proyecciones estaría dado principalmente por las mejoras en temas fiscales y la intención de destrabar una mayor cantidad de proyectos de inversión.
Además, el 92% de estas fusiones y adquisiciones se realizarán localmente por montos individuales menores a los US$ 250 millones, según detallaron los empresarios que participaron en la presente edición de la encuesta.
Pese a que empezamos el año sufriendo los desastres naturales asociados al fenómeno del Niño Costero, en marzo, existía una perspectiva económica de mejora de 60% sobre la base de sólidas políticas macroeconómicas y reformas estructurales en el Perú.
En su momento, Enrique Oliveros, socio líder de Transacciones y Finanzas Corporativas de EY Perú, indicó que “Existe una gran cantidad de oportunidades disponibles en el mercado para la consolidación, los ejecutivos se encuentran optimistas sobre el número y la calidad de las oportunidades de adquisición. Las carteras de proyectos se están fortaleciendo, y los ejecutivos están cautelosamente optimistas sobre la conclusión de transacciones”.
Según el informe, “los mayores riesgos económicos para los ejecutivos locales se encuentran concentrados en dos puntos: alta volatilidad y el aumento de la intervención gubernamental”. Naturalmente, la volatilidad de las divisas y materias primas son factores que afectan a las inversiones locales pero las trabas burocráticas, mediante leyes o regulaciones, un punto que ha tomado mayor relevancia para los ejecutivos, se está perfilando como un obstáculo para su crecimiento.
El optimismo se va apagando
Este 2017 comenzó con un anuncio del Banco Mundial que proyectaba un crecimiento del PBI del Perú de 4.2% para este año, con lo cual nuestro país se consagraría como la nación con la mayor expansión de la región, en un contexto de recuperación económica mundial y de la región latinoamericana. Sin embargo, esto ha venido de caída. Ahora, sería un “milagro” que lleguemos a un crecimiento de 3% según Thorne, que con PPK, culpan a los efectos de El Niño Costero y los casos de corrupción de Odebrecht. Luego vino una huelga de maestros de casi 60 días que terminó generando más retrasos en los colegios públicos y afectando la educación de nuestros jóvenes.
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Más allá de la declinante proyección del crecimiento para el 2017, lo que más importa y más destruye valor es la proyección de crecimiento al mediano y largo plazo. Lamentablemente, el gobierno de PPK, perdió la oportunidad de recuperar y marcar la línea de un gobierno pro inversión y crecimiento; de hacer y comunicar el balance negativo de los cinco años del gobierno anterior; de renovar los cuadros de gobierno (mantuvo hasta un 39% de los viceministros del régimen anterior); y, tal vez lo más importante, perdió la oportunidad de comunicar a la población las relaciones causa-efecto de las políticas públicas que nos empobrecieron, que frenaron la inversión, y que ideologizaron la gestión del Estado, versus aquellas que nos ofrecen mayor crecimiento, menor pobreza, menor desigualdad, mejores servicios públicos y mayor cohesión social.
El gobierno está teniendo tremendas dificultades para poder destrabar proyectos, las APP (Asociaciones Público Privadas) están prácticamente paralizadas así como Iniciativas Privadas. Ni el gobierno anterior, ni este, aprovechó la sugerencia de Lampadia para armar equipos ad hoc que destrabar los proyectos. Ver: Destrabemos megaproyectos para recuperar el crecimiento.
Los peruanos necesitamos emprender un gobierno extraordinariamente bueno. Nuestras agendas pendientes son inmensas y difíciles de lograr. Para acercarnos al éxito se requiere un liderazgo muy claro y definido. Ver en Lampadia: En busca del tiempo perdido – ¡Ahora!.
Como hemos comentado en múltiples ocasiones, hasta ahora no hemos logrado cerrar las múltiples brechas económicas, sociales, institucionales y de infraestructuras. Además de este gran reto, ahora se nos ha sumado el tener que enfrentar con éxito las oportunidades y amenazas de la ‘Cuarta Revolución Industrial’.
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No perdamos la visión del objetivo principal: nuestro crecimiento económico para generar un bienestar social para todos los peruanos. Solo de esta manera podremos llevar acabo la transformación del país, la reducción de la pobreza y la desigualdad: con inversión privada y un ecosistema pro-inversión y crecimiento. Lampadia