El comercio mundial lleva varios años a la baja y continúa cayendo. Esto se debe, parcialmente al proteccionismo y a la ola anti-globalización que ha venido surgiendo en el mundo. Esto se ve claramente en los fenómenos políticos como el Brexit y los discursos aislacionistas del presidente electo de EEUU, Donald Trump. Tanto el FMI como el G-20 temen guerras comerciales, con medidas proteccionistas que reduzcan aún más los volúmenes de comercio.
Fuente: nl.dreamstime.com
En realidad, la elección presidencial en Estados Unidos se ha convertido en el epicentro de esa creciente oposición al libre comercio y la globalización. Donald Trump ha acusado a China de querer “matar de hambre” a los estadounidenses manipulando su moneda y “haciendo trampa” en el comercio internacional y, también a acusado a Mexico de robar los trabajos de los estadounidences. Trump ha dicho que impondrá aranceles sobre todo a los bienes producidos en China y México, porque están está “asesinando” económicamente a Norteamérica.
Fuente: money.cnn.com
La elección de Trump consolida la tendencia anti-comercio internacional y anti-globalización, que de llegar a expresarse en un retroceso adicional del comercio global, serían fatales para el crecimiento de los países emergentes.
En Lampadia queremos compartir con nuestros lectores un didáctico video de dibujos del ilustrador de The Economist, KAL, que muestra realmente qué es el libre comercio y cómo este diálogo anti-globalización lo está afectado.
Como afirmó Martin Wolf hace algunas semanas (Ver: ¿El fin de la globalización?), el impulso hacia una mayor integración económica se ha estancado y en algunos aspectos se ha revertido. La globalización ya no está impulsando el crecimiento mundial. Si se llega a producir un retroceso de la apertura comercial por parte de los países más ricos, sus efectos en los países emergentes serían dramáticos. Esta situación es casi el peor evento económico posible que se puede imaginar y golpearía muy duramente a los países y poblaciones más pobres del mundo.
Así lo hemos explicado en Lampadia en nuestro artículo: The wind beneath our wings, en el que explicamos que los países emergentes como el Perú, necesitan el libre comercio para su desarrollo.
Debemos prepararnos para defender el libre comercio y la globalización para proteger el crecimiento económico y la superación de la pobreza de los países emergentes como el Perú. Lampadia
El libre comercio y la política dibujado por nuestro caricaturista KAL
Publicado en The Economist
31 de octubre de 2016
Transcripción y traducción por Lampadia
El libre comercio -un principio sobre el cual The Economist fue fundado hace 173 años- está siendo severamente amenazado. Nuestro caricaturista, KAL, ilustra el estado del comercio en nuestra última publicación de «Daily Watch».
Transcripción (este texto también se puede ver líneas abajo intercalado con imágenes del video):
Desde que éramos niños, intercambiamos cosas con otros. Damos y tomamos para beneficio mutuo.
Este mismo principio de intercambio y enriquecimiento es lo que motiva el comercio entre países.
El comercio es considerado ampliamente como un estímulo para los flujos económicos.
Alienta a los países a especializarse en ciertas áreas de fortaleza.
Esto permite que el mundo produzca más bienes y más tipos de bienes, que de otra manera no podría lograr.
Desde la Segunda Guerra Mundial, el comercio internacional se ha multiplicado por quince, ayudando a desarrollar el crecimiento económico en todo el mundo.
A pesar de los obvios beneficios del libre comercio, hay muchos que tienen motivos para limitarlo.
Los aranceles comerciales y las restricciones de cuotas pueden utilizarse como armas para castigar a las naciones competidoras.
Esto podría llevar a represalias y a una devastadora guerra comercial. Algunos críticos argumentan que no todo el comercio es un buen comercio.
El trato con los países más pobres que están en desarrollo, donde los salarios suelen ser más bajos y las horas de trabajo más largas que en los países desarrollados, puede crear un desequilibrio. El resultado puede ser la pérdida de empleos en economías de altos salarios.
A pesar de estas preocupaciones, debe impulsarse el comercio libre y abierto.
Impulsar la alternativa es un juego de niños.
Lampadia
Este mismo principio de intercambio y enriquecimiento es lo que motiva el comercio entre países.
El comercio es considerado ampliamente como un estímulo para los flujos económicos.
Alienta a los países a especializarse en ciertas áreas de fortaleza.
Esto permite que el mundo produzca más bienes y más tipos de bienes, que de otra manera no podría lograr.
Desde la Segunda Guerra Mundial, el comercio internacional se ha multiplicado por diecisiete,
ayudando a desarrollar el crecimiento económico en todo el mundo.
A pesar de los obvios beneficios del libre comercio, hay muchos que tienen motivos para limitarlo.
Los aranceles comerciales y las restricciones de cuotas pueden utilizarse como armas para castigar a las naciones competidoras.
Esto podría llevar a represalias y a una devastadora guerra comercial.
Algunos críticos argumentan que no todo el comercio es un buen comercio.
El trato con los países más pobres que están en desarrollo, donde los salarios suelen ser más bajos y las horas de trabajo más largas que
en los países desarrollados, puede crear un desequilibrio.
El resultado puede ser la pérdida de empleos en economías de altos salarios.
A pesar de estas preocupaciones, debe impulsarse el comercio libre y abierto.
Impulsar la alternativa es un juego de niños.