Uno de los puntos focales en torno a la batalla por la supremacía tecnológica emprendida por EEUU y China, que representa uno de los trasfondos del conflicto comercial entre ambas potencias económicas (ver en Lampadia: EEUU vs. China: ¿Una nueva Guerra Fría?), lo constituye la guerra iniciada por el gobierno de Trump hacia Huawei – compañía china transnacional, considerada segunda en ventas mundiales de teléfonos móviles y principal impulsora de la tecnología 5G.
La guerra contra Huawei tuvo sus orígenes a inicios de diciembre del 2018. En ese entonces, EEUU acusó a la empresa de fraude y espionaje industrial, así como de violación de derechos de propiedad intelectual, por lo que procedió a arrestar en Canadá a la que era su directora financiera, Meng Wanzhou (ver en Lampadia: La próxima guerra).
Con el pasar de los meses y avanzada la investigación, el gobierno americano recientemente tomó una segunda medida contra la empresa china, apenas después del incremento de aranceles a los productos chinos importados (ver en Lampadia: Se agrava la guerra comercial EEUU-China): Prohibió la exportación de tecnología estadounidense a Huawei a menos que las empresas obtuvieran una licencia especial del Departamento de Comercio.
Como consecuencia, la medida ha generado que, según fuentes de The Economist, hasta el pasado 20 de mayo, algunas de las compañías de tecnología más importantes y además proveedoras críticas en la cadena de suministros de Huawei como Google, Intel y Qualcomm dejen de venderle software, hardware e inclusive licencias de propiedad intelectual.
Esto último ha infundido una incertidumbre mundial respecto al futuro funcionamiento de los celulares Huawei – ya que peligra inclusive la normal actividad de su sistema operativo Android – aun cuando en los últimos días el presidente Trump ha otorgado una tregua por tres meses antes de hacer efectiva la imposición de las sanciones y ante recientes declaraciones del director ejecutivo de la firma china, Ren Zhengfei, que dejan entrever que su organización ya tendría un plan con medidas paliativas que le permitirían seguir operando sin problemas en los siguientes meses.
Respecto a este último punto, es menester señalar que diversos medios internacionales especializados se muestran escépticos respecto a este hecho – incluido su plan para producir sus propios chips – sobretodo a la luz de las condiciones impuestas por la misma ley de control de exportaciones emitida por el gobierno de Trump, la cual no solo prohíbe la comercialización de productos estadounidenses con Huawei, sino también de otros países siempre y cuando guarden cierta relación con empresas americanas, por ejemplo a través de derechos de propiedad intelectual.
Al respecto, Financial Times indicó el pasado 22 de mayo: “Los planes de Huawei para aumentar la producción de sus propios chips de silicio se habrían estropeado después de que el diseñador de chips del Reino Unido, Arm, dijo que dejaría de licenciar su tecnología esencial a la compañía china. [La empresa] se vio obligada a dejar de compartir su tecnología con Huawei para cumplir con una orden de prohibición de EEUU, emitida la semana pasada.
Asimismo, The Economist señaló el pasado 20 de mayo: “Huawei está trabajando en su propia alternativa [de software], con el nombre en código de HongMeng OS de acuerdo con los medios estatales, pero es poco probable que sea capaz de implementarlo sin interrupciones significativas. […] Fuera de China, donde la firma reúne servicios propios de Google como Gmail y registra decenas de millones de teléfonos vendidos cada año, la pérdida del software de Google es abrumadora”
Y estas últimas declaraciones nos llevan a los posibles efectos que podrían sufrir los usuarios de celulares Huawei en nuestro país.
Según Dominio Consultores, en el Perú hay 6 millones de usuarios de equipos Huawei, un número no menor. En primera instancia, dada la tregua anunciada por Trump, no se notará ningún efecto entre dichos usuarios hasta por lo menos el 19 de agosto del presente año. Sin embargo, a partir de esta fecha hay incertidumbre respecto a si dichos equipos móviles podrán seguir operando con total normalidad, por las razones anteriormente explicadas y aun cuando Huawei o Android puedan emitir comunicados que expliciten lo contrario.
Lo que sí se puede afirmar con certeza es que la empresa se enfrentó a un duro golpe que le costará mucho compensar a futuro, puesto que, aun teniendo un plan en ciernes, la duda sembrada entre sus usuarios y potenciales consumidores repercutirá en sus ventas en los siguientes meses.
Y en cuanto a la ley de control de exportaciones impuesta por Trump – como indica The Economist – esta podría significar duras represalias por parte de China, probablemente ahora interrumpiendo las cadenas de suministro estadounidenses en el gigante asiático. Por ejemplo, China ya indicó que cortará las exportaciones de tierras raras a EEUU, minerales estratégicos para las tecnologías modernas.
Esperemos que esta guerra no siga agravándose, por los daños que ya viene infligiendo a los países emergentes – como el Perú. Ver, por ejemplo, la caída del precio del cobre.
Fuente: Financial Times
Esta guerra comercial, lamentablemente se ha tornado política y lejos de buscar el bienestar, busca la hegemonía global. Lampadia