El libre comercio sigue perdiendo fuerza a nivel global por los persistentes embates arancelarios entre EEUU y China, el aislamiento político cada vez más evidente de la UE y, más recientemente, la disputa comercial entre Japón y Corea del Sur en el sector electrónico.
Lo que es peor, como indica un reciente artículo de The Economist que compartimos líneas abajo, la OMC, organismo multilateral que desempeñaba el rol de árbitro en las controversias comerciales además impulsor en la expansión del comercio mundial, dejaría de funcionar en a partir del 11 de diciembre ante el cese de EEUU por renovar sus árbitros integrantes.
En las actuales circunstancias y frente a un panorama de posible recesión global hacia el 2020, dicha noticia no vaticina nada bueno para países emergentes como el Perú, que como toda economía pequeña y abierta al mundo, depende fuertemente de la demanda externa de países más desarrollados y con mercados de consumo aún prestos a explorarse. Ello porque la ausencia de un organismo que vele por los marcos institucionales que rigen el libre comercio y que a la vez sopese las guerras comerciales que ahora son utilizadas como herramienta de geopolítica global entre los países, definitivamente se podría traducir en una contracción mayor del comercio mundial en un ambiente hostil como es el de la desglobalización que se irradia el día de hoy.
Gracias a las ‘estrellas’ el Perú cuenta con tratados de comercio que cubren el 90% de nuestro comercio exterior, pero aún así, el multilateralismo es esencial para el ambiente de crecimiento de nuestra economía. La dilución de la corte de apelaciones de la OMC es una muy mala noticia.
Esperemos que la propuesta de un cuerpo de apelación nuevo con jueces ya retirados que reemplace al que dejará sus funciones en los próximos días, pueda ser lo suficientemente firme y sensato para hacer frente al complejo escenario en el que hoy en día se enfrentan las potencias mundiales en sus disputas comerciales. Lampadia
El ocaso de la OMC
El árbitro del sistema de comercio está a punto de abandonar el campo
Las disputas se volverán más desagradables
The Economist
30 de noviembre, 2019
Traducido y comentado por Lampadia
Una forma de pensar sobre el sistema de comercio mundial es como un partido deportivo con un elenco internacional de jugadores en expansión, que discuten, cada uno con sus propias tácticas y trucos. El juego funciona mejor cuando hay un árbitro, y durante casi 25 años un grupo de siete jueces de la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha hecho el trabajo.
Pero el 11 de diciembre este organismo dejará de funcionar, porque EEUU está bloqueando los nuevos nombramientos para él. La partida del árbitro hará que el comercio transfronterizo sea más desregulado y, a la larga, invitará a una anarquía que empobrecerá al mundo.
El cuerpo de apelaciones de la OMC es una de esas instituciones de las que la mayoría de la gente nunca ha oído hablar, pero que se perderá cuando desaparezca. Creado en 1995, escucha las apelaciones sobre disputas comerciales y otorga el derecho a represalias limitadas donde ha habido irregularidades. Unos 164 países y territorios siguen sus decisiones, y el organismo ha evitado que algunas de las disputas más desagradables se conviertan en guerras arancelarias directas, por ejemplo, la disputa épica entre EEUU y la UE sobre los subsidios para Boeing y Airbus. Desde su creación, ha sido el ejecutor de último recurso durante más de 500 casos.
Antes de 1995, el sistema era menos estable y menos justo. El Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, el antecesor de la OMC, tenía reglas pero ningún juez para hacerlas cumplir. Los grandes países tenían derechos de intimidación. La claridad jurídica y la independencia que brinda el órgano de apelación es una de las razones por las que el comercio aumentó del 41% del PBI mundial en el año anterior a su creación al 58% en 2017.
La causa inmediata de la caída de los jueces es la negativa del gobierno de Trump a nombrar nuevos jueces para reemplazar a los que se jubilan, un síntoma de la sospecha del presidente de las instituciones multilaterales. Pero es un error culparle todo a él. Los problemas de la OMC exponen problemas más profundos
A la mayoría de los países les gustan los árbitros independientes, hasta que sufren un fallo crítico. La inquietud estadounidense es anterior a Trump. Las administraciones de Bush y Obama trataron de influir en los resultados bloqueando la reelección de jueces. La OMC también es difícil de manejar. Idealmente, las reglas se actualizarían cada década más o menos, dando a los países la oportunidad de modernizarlas y asumir juicios que no les gustan. Pero la membresía de la OMC se ha duplicado desde 1995, y debido a que cada país tiene un veto, ha sido imposible actualizar las reglas para reflejar, por ejemplo, la interrupción causada por el modelo liderado por el estado de China (se unió a la OMC en 2001). En cambio, se han quejado las quejas.
¿Qué pasa a partir del 11 de diciembre? Algunos miembros de la OMC están tratando de inventar un cuerpo de apelación no oficial, recurriendo a jueces retirados, para resolver disputas. Un nuevo presidente elegido en 2020 podría revertir la postura de EEUU, aunque varios contendientes presidenciales demócratas son tibios con el libre comercio.
Lo más probable es que el cuerpo de apelación muera o permanezca inactivo durante años. Si es así, espere un deterioro en la conducta: Japón y Corea del Sur ya están en una disputa fea. Algunos estadounidenses creen que el tamaño de su país les da la influencia para imponer reglas a otros, pero aún tiene que arrebatarle grandes concesiones a China.
De hecho, como el marco legal para el comercio decae, incluso EEUU será vulnerable a las crecientes tensiones. Hasta ahora, las fricciones comerciales no han causado una recesión global. Pero el comercio dejó de crecer y la inversión a largo plazo de las empresas multinacionales cayó un 20% en el primer semestre de este año. Si hay una recesión, la tentación de los aranceles se incrementará en todo el mundo. Cuando el árbitro abandona el campo, todo vale. Lampadia