Por: Madeleine Osterling
Expreso, 30 de diciembre de 2020
Nos gusta estar con la soga al cuello, recién reaccionamos cuando nos imponen una sentencia de muerte. Parece que la previsión jamás formará parte de nuestro ADN. La cautela cuesta y no estamos dispuestos a meternos la mano al bolsillo.
El odio es un sentimiento movilizador que desea la desaparición del otro. Es muy fácil de fomentar, se alimenta a sí mismo del resentimiento y adopta modos eficaces de autolegitimación, pero luego resulta muy complicado frenarlo porque adquiere vida propia. Hay que saber detectarlo a tiempo y eso es exactamente lo que la clase empresarial del país NO hace. Sus respuestas siempre son reactivas, costosas e ineficientes. Talleres, videos, publicaciones a toda página sobre las bondades de su negocio, de su sector pero que no sirven de nada, muy tarde, la gente ya está contaminada, ya fue víctima del engaño y la manipulación. Además, son extremadamente egoístas, solo defienden su rubro, su metro cuadrado. En estas últimas semanas, la agroexportación ha sido atacada con una violencia inmisericorde pero no he visto a un solo pesquero o minero defendiéndola. Se trata de un egoísmo recíproco, siempre prevalece el “que se las arreglen solos” y los gremios, generalmente timoratos, nunca se compran realmente la pelea. Uno que otro pronunciamiento aislado y cumplieron: todos son cortados con la misma tijera.
Se sabe que van por la minería, discurso favorito de los extremistas en etapa electoral. El Perú produce el 12% del cobre del mundo, el precio ha subido 28% en el 2020, es una fuente inmensa de riqueza para el país. Si Tía María estuviera en operación, Arequipa hubiera duplicado el monto que recibe por canon minero. Southern confió en el “gran” Vizcarra, que evidentemente los traicionó jugando en pared con el gobernador regional Elmer Cáceres. En ese entonces no se conocía con tanta certeza su negro historial.
Esta industria es el blanco favorito de esa Izquierda que ve en el Estado el instrumento ideal para imponer sus planes, para moldear a esa nueva sociedad. Mentes retorcidas que no respetan la libertad ni las convenciones y que, de ser elegidos, gobernarán por sometimiento e imposición. Cuba y Venezuela son ejemplos emblemáticos.
Verónika Mendoza exige una Reforma Tributaria para lograr mayor recaudación y dar mejor salud, educación y pagar pensiones dignas. ¡Absolutamente incoherente! ¿Quiénes cree que son los pocos que pagan IR en el país? Pues la inversión privada que ella ahuyenta y condena. Seguramente su fórmula será gravar a las familias de altos patrimonios (muchas de las cuales ya están monetizando sus inversiones con la venta de sus empresas y mirando regiones más estables) con tasas confiscatorias y eliminar el Régimen de Recuperación Anticipada del IGV, el mismo que le causa escozor a Pedro Francke, su hombre de confianza y quien se dice sería su ministro de Economía.
Espero que el Perú, a pesar de ser una sociedad dividida, un país casi postrado en una UCI, sepa rechazar con firmeza a los candidatos totalitarios que han hecho de la calle y la violencia su retórica y que pretenden ganar en las barricadas lo que pierden en los debates inteligentes.
¡Muy Feliz Año!