CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia
Discurso del presidente de la República del Perú pronunciado el sábado 11 de setiembre de 2021 a las 7 pm desde Palacio de Gobierno:
“Compatriotas:
Hoy ha muerto Abimael Guzmán, el cabecilla de una organización terrorista que ensangrentó al país por décadas, que enlutó a decenas de miles de familias, que asesinó de la manera más brutal y horrenda a militares, policías y civiles inocentes.
Ha fallecido por causas naturales, a los 86 años, la víspera del 29 aniversario de su captura, detención que fue efectuada por la policía antiterrorista sin disparar un solo tiro, respetando la vida y la integridad física del peor criminal de nuestra historia, brindándole todas las garantías que él y sus secuaces no dispensaban a sus víctimas, a las que masacraban de la manera más bestial y sanguinaria.
Luego fue juzgado y sentenciado respetándose sus derechos. Los policías que lo capturaron y la sociedad y el Estado a los que representan, no son iguales a los terroristas que asolaron el país por décadas, son más fuertes que ellos y superiores moralmente a ellos.
Sea esta una nueva ocasión para rendir homenaje a esos verdaderos héroes, al general Antonio Ketín Vidal, director de la Dircote en aquella época, a todos los miembros del Grupo Especial de Inteligencia (Gein), encabezados por Benedicto Jiménez, y Marco Miyashiro, y a los miles de militares, policías y civiles que combatieron y vencieron a esta lacra terrorista.
Debemos también recordar que el terrorismo no fue generado por la pobreza y la desigualdad, como falsamente quieren hacernos creer sus sucesores, sino por la ambición de poder y las ideas comunistas de un grupo de fanáticos enloquecidos que pretendieron imponer al Perú una utópica sociedad imaginaria por la violencia y el terror.
Por eso tenemos que mantenernos alertas y no bajar la guardia, combatir implacablemente esas ideologías totalitarias que los herederos de ese monstruo siguen difundiendo con la finalidad de cumplir sus mismos objetivos por la vía electoral, usando la democracia para destruirla.
Ellos aprendieron la lección, fueron derrotados militar y policialmente y por eso abandonaron el camino del terrorismo, no por convicción sino porque saben que jamás podrán vencer a las fuerzas del orden.
Pero ahora pretenden alcanzar los mismos objetivos que tenían antes con otros métodos, aprendiendo de la experiencia de otros comunistas corruptos como los que se encaramaron en el gobierno en Venezuela mediante las elecciones para luego abolir la democracia e instaurar una dictadura hambreadora y represiva.
Debemos estar vigilantes para impedir que cumplan sus siniestros propósitos.
Por último, debo informar que el gobierno dispuso que los restos del criminal fueran incinerados y sus cenizas dispersadas en el mar, cosa que ya se hizo, para evitar que sus secuaces conviertan su tumba en un lugar de culto.
¡Terrorismo nunca más!
¡Viva el Perú!”
Este discurso -o uno similar- hubiera sido pronunciado por cualquier presidente peruano de las últimas décadas en esa oportunidad. Salvo, por supuesto, por el seguidor de Sendero Luminoso hoy aupado en el gobierno.
Lampadia