Pablo Bustamante Pardo
La seguridad ciudadana es la fuente de los mayores reclamos de la ciudadanía pues la inseguridad no solo es muy alta, sino que también se viene deteriorando aceleradamente y es una obligación de nuestros gobernantes cortar este proceso de raíz y a la mayor brevedad.
Es importante recordar que en 2002 el Alcalde de Lima, Alberto Andrade Carmona, contrató a William Bratton, quien como jefe de la policía de Nueva York (NY), redujo los delitos más graves a un tercio en doce años de aplicación de su teoría de «tolerancia cero», con el apoyo del entonces alcalde de NY, Rudolph Giuliani.
Andrade llegó a presentar el ‘Plan Bratton’ como el instrumento fundamental para crear una cultura de seguridad y transformar nuestra seguridad ciudadana.
Sin embargo, el país no supo aquilatar la propuesta y dejamos escapar a Bratton, que se fue a California. En junio del 2007, The Economist reportó que en California, Bratton había logrado reducir los robos en 20%, los asesinatos en un tercio y los asaltos graves en 50%.
Tanto en NY como en Los Ángeles, Bratton aplicó la política de seguridad conocida como «tolerancia cero».
Según reportó Manuel Torino en La Nación de Buenos Aires, “el modelo [de tolerancia cero] se basó en una serie de medidas simples: se puso énfasis en la prevención de crímenes, se multiplicó la presencia de policías en las calles, se restableció el vínculo entre la fuerza y la comunidad y se puso especial énfasis en prevenir y perseguir determinadas contravenciones graves o delitos menores, como pintar graffiti, saltar los molinetes de los subtes o beber alcohol en la vía pública”.
“Esta última medida estuvo inspirada en la teoría de las «ventanas rotas», del profesor de la Universidad de Harvard James Q. Wilson, quien expuso la idea de que si en un edificio abandonado hay una ventana rota y no es arreglada rápidamente, los vecinos apedrearán el resto de las ventanas y, eventualmente, será destruida la propiedad entera”.
«La policía debe sancionar todas las infracciones, por más insignificantes que parezcan, porque la sumatoria de esas pequeñas faltas crea un clima de desorden e inseguridad que favorece la irrupción del delito», explicó a La Nación durante su última visita a la Argentina el entonces jefe de policía de Nueva York, William Bratton.
Ahora bien, si vemos las propuestas de la campaña presidencial, podemos apreciar que PPK, quien tiene en sus filas al especialista en seguridad, Gino Costa, respaldaba estas ideas. Tan es así que según Inforegión PPK afirmó en febrero del 2016 en una vista al cerro San Cosme, “Tolerancia cero con la delincuencia, sicariato y extorsiones”.
Llama la atención que en el último debate presidencial, cuando Keiko Fujimori propuso cárceles a 4,000 metros sobre el nivel del mar en zonas alejadas de las concentraciones urbanas, para los delincuentes más avezados, PPK manifestó que “eso era una crueldad”.
No solo eso, PPK comentó que en su opinión debemos ver la forma de liberar a los delincuentes más jóvenes para reintegrarlos a la sociedad. Esta afirmación es sorprendente, pues va contra sus propuestas previas, los planteamientos de Gino Costa y vulnera las teorías planteadas para combatir la delincuencia.
Ver en Lampadia: Necesitamos a Bratton (no a Patton), para reformar la policía y mejorar la seguridad ciudadana y Sobre como detener la violencia criminal.
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