Por: Jorge Yzusqui
Perú21, 13 de marzo de 2020
Empezamos un año escolar y al mismo tiempo estamos estrenando un ministro de Educación, quien viene de hacer un buen trabajo al frente de la Sunedu; sin embargo, la tarea que tiene es titánica.
La brecha en infraestructura educativa es alarmante; según el informe de Diego Macera, del Instituto Peruano de Economía, hay 34,000 escuelas públicas en el Perú que no tienen los tres servicios básicos: agua, desagüe y electricidad.
La gestión educativa necesita de una reingeniería total, ya que no puede funcionar correctamente cuando tenemos unidades de gestión educativa que atienden a más de mil centros educativos entre públicos y privados.
Capacitar a medio millón de maestros es complejo y se necesita un plan muy bien diseñado, pero, sobre todo, de gran capacidad de ejecución para llegar a todos los profesores del país.
La calidad de la educación superior es otro tema a trabajar; si bien hay avances con el licenciamiento en la educación superior universitaria, en la no universitaria hay mucho por hacer, no solo en lo pedagógico, sino también en infraestructura.
Podría mencionar otros retos, pero este año tenemos uno más: enfrentamos en el mundo el coronavirus (COVID-19), por lo que el sistema educativo, en todos sus niveles, debe estar preparado para contar con un plan de recuperación de clases. Ahora, nos toca apoyar con responsabilidad las medidas y esfuerzos del Minedu para mitigar los efectos de esta pandemia, declarada así por la OMS.
El reto es muy grande, por lo que es fundamental tener una mirada de largo plazo, hacer una alianza público-privada por la educación y brindar estabilidad y autonomía a la gestión del nuevo ministro.