Han pasado dos décadas desde que el Perú inició una gran transformación de sus políticas públicas y de su enfoque de desarrollo económico y social. Lo logrado hasta ahora es sorprendente, sobre todo desde la perspectiva del punto de partida, los albores de los años 90. El siguiente artículo fue escrito hacia la mitad del primer gobierno de García (1988), cuando ya se había decretado la fallida estatización de la banca, cuando nos hundíamos en una inflación galopante y el terror acechaba en todo el Perú. Eran tiempos muy negros, pero como se planteó en el artículo, poco tiempo después todo cambió y el Perú, cual ave Fénix, se pudo levantar de sus cenizas para buscar el bienestar general que desde entonces estamos construyendo.
Luego de leer el libro del economista norteamericano Ravi Batra, «La Gran Depresión de 1990»1, tomé contacto con la Teoría de los Ciclos Sociales del hindú Sarkar, que aplicada por Batra a la historia económica americana ha producido resultados extraordinarios.
La Teoría de los Ciclos Sociales de Sarkar explica que en toda sociedad se dan ciclos homogéneos y recurrentes. La investigación de Batra en los Estados Unidos ha determinado que durante los últimos doscientos cincuenta años se han producido ciclos perfectos de treinta años en los cuales han crecido y decrecido cada vez, la emisión monetaria, la inflación y el volumen de regulación gubernamental.
Batra explica que uno de los factores que propician estos ciclos recurrentes es el de la opción generacional, especulándose que la vigencia de una generación en una sociedad es de aproximadamente treinta años y que cada generación cuando toma el control de los acontecimientos de una Nación persevera en un camino, llámese socializar la economía, mayor intervención estatal, mayores controles, o por el contrario desregulación, fomento a la inversión privada, etc.
Cuando por la rigidez del camino generacional falla el sistema, una nueva generación toma control de los acontecimientos y revierte el proceso.
De una aplicación apurada de la Teoría de Sarkar a la historia económico-social peruana, y sin hacer un análisis estadístico detallado, se puede plantear la hipótesis de un último ciclo de aproximadamente treinta años que se inicia en los sesenta con el primer Gobierno de Belaunde y que puede estar terminando hoy con el Gobierno de García.
Durante este ciclo, el Perú inició un camino izquierdizante de gran intervención del Estado en la Economía, crecimiento muy grande y sostenido de la regulación estatal, crecimiento de la emisión monetaria e inflación, aumento explosivo de la burocracia pública y desprotección de la iniciativa privada.
Esta tendencia de manejo económico y social iniciada con el primer Gobierno de Belaunde; continuó, acentuada, durante el Gobierno de Velasco; siguió, algo morigerada, durante el Gobierno de Morales Bermúdez; se mantuvo con el segundo Gobierno de Belaunde, a pesar de algunos intentos aislados implantar un programa liberal; y se acentuó con euforia en el Gobierno de García, llevando al país a una situación de grave tensión, empobrecimiento y fracaso, que es aún peor si se compara en términos relativos con experiencias de otros países durante el mismo período.
Paradójicamente, este ciclo estaría concluyendo en manos de un hombre de la nueva generación, García, que ha dado un costosísimo salto atrás.
Siguiendo con la hipótesis de los ciclos sociales, podríamos anticipar que estamos ad-portas de un nuevo ciclo, distinto, en el que debemos disminuir la intervención del Estado en la economía, privilegiar la inversión privada, disminuir la excesiva regulación del país, reducir la emisión monetaria y en consecuencia la inflación, imitar el importante desarrollo del sector informal, revalorar el éxito personal y cuidar la libertad individual.
En momentos tan oscuros como los que estamos viviendo, creo que estas especulaciones representan un mensaje de esperanza para los años venideros. De nosotros depende hacer un Perú mejor.
[1] The Great Depression of 1990, Dr. Ravi Batra, Simon & Schuster, 1987.