Muchos anti mineros sostienen que el agua proviene de las cabeceras de las cuencas. Es falso. El ciclo del agua es integral y continuo En consecuencia, el agua proviene de toda la cuenca, no solamente de la cabecera. Este elemento que proviene de las lluvias, previamente se ha evaporado del mar, de las plantas y de todo lo que emite vapor hacia la atmósfera. Otros dicen que el agua no utilizada se pierde en el mar. Falso. La materia –y, por ende, el agua– ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Eso lo demostró Antoine Lavoisier en 1785. El agua es una en el planeta y está en el mar, en la atmósfera, en los lagos, en los ríos, en el subsuelo y en los seres vivos. Y, gracias a Dios, el ciclo del agua es integral y continuo. Por ello, la contaminación –aguas arriba o aguas abajo– es un hecho nocivo, sin lugar a dudas. En ese sentido, muchos estudios ya han demostrado que la mayor contaminación de las aguas se produce en las partes bajas de las cuencas, en los campos y en los pueblos donde viven los antimineros.