Aldo Mariátegui
Perú21, 22 de abril del 2025
“Ojalá que su sucesor sea otro titán como Juan Pablo II, aunque sospecho que Bergoglio y los jesuitas han dejado todo bien atado para que el próximo papa sea otro de su tendencia”.
-Se veía venir el fallecimiento de Bergoglio, que el lamentable deterioro de su salud se había agigantado. Como no soy religioso, al papa lo conceptuó básicamente como un importante personaje político y evidentemente la ideología izquierdista de Bergoglio no era de mi gusto. Fue demasiado obsequioso con chavistas y peronistas (recibió incluso hasta a un monstruo como Raúl Castro) y a los limeños nos clavó un rojo insufrible como obispo, además de hacer cardenal a otro rojo insufrible como Barreto. Bergoglio nunca se la jugó por Venezuela y su tragedia migratoria, ni fue lo suficientemente firme con una Nicaragua en donde se persigue a la Iglesia. También me es muy extraño que nunca haya visitado su tierra ya siendo sumo pontífice. Y sospecho que en su cruzada contra los indefendibles sodálites han pesado los factores ideológicos y crematísticos a la par que los morales (no creo que hubiera sido tan implacable si los “sodas” fuesen izquierdistas y misios). Ojalá que su sucesor sea otro titán como Juan Pablo II, aunque sospecho que Bergoglio y los jesuitas han dejado todo bien atado para que el próximo papa sea otro de su tendencia.
-Desde aquí mi gratitud a Jaime Bayly por su inmerecido y desmesurado elogio hacia mi persona en su programa en web a raíz de la columna que escribí sobre Vargas Llosa. Dada mi posición política y que no me interesa ser simpático (¡Ser popular en el Perú me preocuparía mucho!), me es hasta exótico ser elogiado. Hablando de amigos de hace décadas, le ruego a Gastón Acurio que por favor no me dedique un epicedio, nenia, elegía o endecha si me muero antes que él, que los últimos que redactó a las muertes de Vargas Llosa y Bergoglio son demasiado cursis (solamente aquella “fábula” reciente del buen Gustavo Rodríguez sobre Vargas Llosa ha sido peor). Me recuerda a ese poema telúrico “¡Despierta pueblo!” que Gastón perpetró nocturnamente en 1989 cuando compartíamos piso en Madrid y que motivó largas jodas grupales (¡Sin picarse!).