Asociación de Contribuyentes
Perú21, 5 de marzo del 2025
El nuevo ministro de Economía, José Salardi, no puede ser indiferente a la “mano izquierda” que viene operando en la Sunat, asfixiando a los contribuyentes, emprendedores y empresarios más pequeños. Esperamos su intervención inmediata.
La mano derecha…
El reciente anuncio del MEF sobre la implementación de un “shock desregulatorio” antes de julio de 2025 es una iniciativa que merece reconocimiento. El MEF busca reducir los plazos de espera para la ejecución de proyectos y agilizar los trámites necesarios para su implementación, en coordinación con el sector privado. El ministro José Salardi ha enfatizado que estas medidas están orientadas a la desregulación y desburocratización de procesos estatales, con el objetivo de consolidar la confianza empresarial e impulsar las inversiones privadas. Buena noticia… Pero…
El problema de la burocracia en el Perú es un mal endémico que se ha enraizado en todas las instituciones públicas del país. Según datos recientes del Índice de Barreras Burocráticas elaborado por la Asociación de Contribuyentes gracias al auspicio del Adam Smith Center for Economic Freedom de Estados Unidos, en 2024, las pequeñas empresas peruanas dedicaron en promedio 2,447.3 horas al año a trámites estatales, lo que representa un incremento del 5.6% respecto a 2023. Quedamos penúltimos en este índice solo detrás de Colombia (ver gráfico).
Este aumento refleja la carga adicional de nuevas regulaciones y procesos de auditoría que obstaculizan la eficiencia empresarial, además de la profunda corrupción enquistada en municipios y entidades estatales que prácticamente han instituido la “coima” como un costo en el proceso.
La mano izquierda…
Sin embargo, mientras el MEF avanzaría en la dirección correcta con la desregulación, la política fiscal actual, implementada por la Sunat, sigue imponiendo cargas adicionales a los contribuyentes formales. La reciente propuesta de aplicar el IGV a los servicios de delivery y a las compras en línea inferiores a 200 dólares es solo una muestra más de cómo la Sunat sigue asfixiando a los formales con más impuestos, restricciones y fiscalización arbitraria. Esta medida encarecería en un 18% el delivery de comida, afectando a consumidores y pequeños negocios, mientras que gravar plataformas como Temu, AliExpress, Amazon y Shein desalentaría el comercio digital y el acceso a opciones económicas. A esto se suman la “tasa Netflix” sobre servicios digitales, el ISC a apuestas en línea, trabas al crédito fiscal, clasificaciones arbitrarias como asignar arbitrariamente a contribuyentes la condición de sujetos sin capacidad operativa, perfiles de riesgo poco transparentes, y una central de riesgos que expone a contribuyentes sin cobranza coactiva. La Sunat es un freno para la economía en lugar de un facilitador del crecimiento.
Para Camila Costa, directora de Contribuyentes del Perú, “en lugar de penalizar a quienes buscan alternativas más asequibles, Sunat se debería enfocar en crear un entorno donde la formalidad sea accesible y beneficiosa. Es fundamental que la Sunat recuerde que su verdadero papel no es complicar la vida de los ciudadanos, sino generar condiciones para una economía más justa y competitiva”. La Sunat debe ser intervenida. Esta es una tarea tan urgente para Salardi. Ayudar a los “grandes” está bien, pero son los “pequeños” quienes deberían estar en el centro de las preocupaciones del nuevo ministro.