Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 27 de enero de 2024
Para Lampadia
La semana pasada – el lunes 20 de enero, para ser exacto – un sujeto mató a Gastón Medina, cuando salía de su casa en Ica. Gastón fue el periodista iqueño que más investigó, descubrió, y denunció la corrupción en la región. Sobre todo, en el Gobierno Regional. Pero también, en municipalidades, en congresistas iqueños, en el Poder Judicial y Ministerio Público, en universidades locales, incluso en la Policía de Ica.
Dos días después – el miércoles 23 – fue el sepelio. Yo estuve ahí. Nunca había visto al inmenso Santuario del Señor de Luren, tan lleno de gente. ¿5 mil personas? Muchos tuvieron que permanecer parados, porque ya no había sitio en las bancas.
Casi todo Ica estuvo presente… excepto las autoridades regionales, municipales, congresales, policiales y judiciales de la región. ¿Rabo de paja? Obvio.
La prensa “mermelera” también brilló por su ausencia. Me refiero al centenar de periodistas que el Centro Líber – y el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) – identificaron y denunciaron en la investigación denominada “Las Redes del Gobernador de Ica”. (Léase, de Javier Gallegos Barrientos).
Efectivamente, en Ica – y en todo el país – existen los denominados “periodistas mermeleros”. Yo – como Gobernador Regional en el período 2015 / 2018 – tuve que lidiar con ellos. Y puedo afirmar con conocimiento de causa: son lo peor de lo peor.
“Si quiere mi silencio, deme tanto. Si quiere que hable bien de usted… eso vale más. Pero si no me da nada… aténgase a las consecuencias”. Así amenazaban los “periodistas mermeleros” a cuanta autoridad se les cruzaba por el camino.
Bueno pues, yo no les di ni un mango. Por eso, hasta ahora – ¡10 años después de mi gestión regional! – siguen denunciándome maliciosa e infundadamente por Lavado de Activos, Peculado, Corrupción de Funcionarios, Abuso de Autoridad, y demás. En cambio, mis sucesores – Javier Gallegos y Rocky Hurtado – cayeron en la trampa. O mejor dicho, contrataron consciente y alevosamente a los “periodistas mermeleros” para poder hacer de las suyas en el Gobierno Regional.
A ese respecto – en uno de sus últimos programas en Cadena Sur TV – Gastón comentó la denuncia en mi contra por Lavado de Activos. Y la comentó como “el mundo al revés.” Se refería – por cierto – a la denuncia del Dr. Alberto Pachas, aquel cuestionado funcionario del entorno de Javier Gallegos: el ex Gobernador Regional que hoy afronta un proceso penal – ese sí – por presuntamente liderar una Organización Criminal.
El hecho es que conversando al respecto con Pancho Massa – amigo cercano de Gastón Medina – desde que empezó a hacer prensa en Ica, Gastón Medina fue muy frontal contra la corrupción, ganándose muchos enemigos y perdiendo muchos amigos.
No sólo combatió a los corruptos a todo nivel, sino también a sus aliados y protectores qué vivían de la corrupción. Gastón se hizo tanta fama que consiguió fuentes que le proporcionaban información privilegiada para combatir la corrupción… con pruebas irrefutables: videos, audios, chats, correos, etc. Por ello fue tan sintonizado. Por ello fue tan eficaz.
Gastón también fue muy solidario y defensor de muchas personas abusadas, tanto por el poder político como por familiares depravados. Recientemente, fue frontal con la gestión de Rocky Hurtado – el actual Gobernador Regional – y su asesor Carlos Zegarra, por ser muy hostiles con la vicegobernadora Luz Canales, quien los denunció como organización criminal.
Antes cuestionó a la Corte Superior y al Ministerio Público por supuestamente coludirse con Javier Gallegos. A consecuencia de ello se ganó una denuncia penal, y después una orden de captura, qué lo obligó a ocultarse.
Igualmente, combatió duramente al actual Alcalde de Ica – Carlos Reyes – por la cuestionada compra de 10 compactadoras de limpieza que no funcionaban bien, según la Contraloría.
También cuestionó al General de la Policía regional, por su ineficiente labor en la lucha contra la criminalidad y por permitir la corrupción de ciertos jefes policiales.
Recientemente se enfrentó a mafias que pretendían tomar control de algunos paraderos de transporte dentro de la ciudad de Ica. También fue frontal contra el entonces Presidente de la Corte Superior de Justicia de Ica, Osmar Albújar, quien – dicho sea de paso – acaba de ser suspendido de sus funciones por presuntamente haber acosado sexualmente a una trabajadora de su institución. ¡Ay justicia, justicia… dime dónde están los jueces y fiscales decentes!
A lo que quiero llegar es que el tipo que mató a Gastón Medina, fue un sicario. Es decir, un asesino contratado. Ergo, el verdadero asesino fue aquel que contrató al sicario.
A ese respecto, lo más probable es sea un funcionario corrupto investigado y desenmascarado por el propio Gastón. No obstante, también podría tratarse de más de un funcionario corrupto. Es decir, un grupo de verdaderos asesinos, coordinados entre sí para matar a Gastón.
En ese sentido, las investigaciones policiales y judiciales deberían enfocarse en las instituciones donde operan dichos funcionarios corruptos.
Repito: Gobierno Regional, Municipalidad Provincial, Congreso de la República, Poder Judicial, Ministerio Público, Policía Nacional del Perú, etc.
El problema es que, dada la naturaleza de las instituciones estatales involucradas en el caso, la figura del encubrimiento institucional es altamente probable. El pernicioso “otorongo no come otorongo” podría – una vez más – dificultar la identificación del verdadero asesino… o los verdaderos asesinos.
El hecho cierto y lamentable es que vamos a extrañar la valentía – y el vozarrón inconfundible – de Gastón Medina, quien todos los días nos traía novedades respecto de la corrupción estatal en Ica. En todo caso, los iqueños de bien – que somos la inmensa mayoría – le debemos a Gastón un monumento. Un monumento sencillo, bajo el follaje de unos de los ficus centenarios de la Plaza de Armas de la ciudad, en cuya placa se podría grabar algo así como: “en gratitud y admiración del pueblo de Ica, a Gastón Medina Sotomayor, quien dio su vida por la verdad y la justicia.”
Y – para que las generaciones futuras lo sepan – más abajo, entre paréntesis, y con letra pequeña, yo agregaría: (asesinado vil y cobardemente por la mafia de la corrupción estatal). Lampadia