Iván Arenas
Perú21 ,20 de diciembre del 2024
«En las últimas semanas se ha empezado a propagar un nuevo mito sobre la existencia de concesiones “ociosas”, relato que en realidad tiene como objetivo quebrar el sistema de derechos de concesiones en las inversiones de la minería moderna».
Los opositores a las inversiones en minería moderna han construido relatos contra el sector alrededor de supuestas contaminaciones de suelos, ríos, aguas o la incompatibilidad con la agricultura; sin embargo, en las últimas semanas se ha empezado a propagar un nuevo mito sobre la existencia de concesiones “ociosas”, relato que en realidad tiene como objetivo quebrar el sistema de derechos de concesiones en las inversiones de la minería moderna.
Antes de continuar, vale puntualizar lo siguiente. Si bien el mito de las concesiones “ociosas” empezó a hacer ruido tiempo atrás por ONG opositoras a la minería moderna, en las últimas semanas cobró mayor fuerza debido al reclamo de los gremios de mineros informales con el soporte de algunos medios, analistas y algunos congresistas.
Ahora bien, el mito de las concesiones “ociosas” se refiere a que hay concesiones que el Estado ha otorgado a un tercero y que durante 30 años no han sido exploradas o explotadas, entonces deberían ser revertidas al Estado. A todo lo anterior se añade que existe “un acaparamiento y especulación” por parte de las grandes mineras porque de “38,000 concesiones, solo 1,100 se reportarían en actividad formal”.
Aquí se nota una confluencia entre un sector de congresistas, el minero informal y las ONG de izquierda; porque, mientras estás últimas acusan de “acaparamiento” a la “gran minería” o que “todo el Perú está concesionado”, los informales reclaman también “acaparamiento” y por ello “debe rebajarse” el límite de las concesiones “inactivas” de “30 años a 7”.
Pero vale recordar otros puntos importantes. La Ley General de Minería señala que “las concesiones son irrevocables, en tanto se cumpla las obligaciones que la ley exige para su vigencia”. Es decir, si bien las concesiones no tienen fecha límite, sí pueden extinguirse, por ejemplo, cuando se incumple con el pago del derecho de vigencia o si no hay producción mínima.
En 2017, con el fin de mejorar el marco de la seguridad jurídica y simplificar los trámites, se dispuso que, si en 30 años una concesión no tiene una producción mínima anual, entonces caduca. Las ONG y los mineros informales le llaman a esto concesiones “ociosas”. Ojo a este último dato.
¿En la práctica existen concesiones “ociosas” o “inactivas”? La respuesta es no. En las grandes inversiones mineras una concesión siempre es un activo. El detalle es que, por ejemplo, para hacer posible la exploración como la explotación, existen innumerables pasos y trámites engorrosos, así como procesos inagotables de acuerdos con terceros (comunidades campesinas, por ejemplo) o resistencia —a veces violenta— de las autoridades locales o regionales, y de las propias ONG, amén de la exigencia de estudios de impacto ambiental para la ¡exploración minera! No existen concesiones “ociosas”; es otro relato para derrumbar el sistema de derechos de propiedad en la minería.