La economía sigue bajando su ritmo de crecimiento. Las expectativas de crecimiento bajan constantemente, pasando de un 4% a un 2%. Esto se debe a que, desde el inicio de la gestión del nuevo gobierno, se evitó poner la necesidad de recuperar la inversión minera en la primera fila. El gobierno nos ofreció un crecimiento que se daría como producto de la simplificación de trámites y de la inversión en infraestructuras.
Pero el problema no radica solamente en destrabar proyectos, sino en un cambio de mentalidad de los peruanos y de los medios de comunicación e instituciones. En el Perú se desarrolló una campaña para llevarnos a rechazar el desarrollo del sector minero, afirmando que la minería “exporta piedras”; comparando el desarrollo de la minería con el del guano y el caucho (en el libro “¿Qué se puede hacer con el Perú?” de Piero Ghezzi y José Gallardo y en el de Carlos Ganoza y Andrea Stiglich, “El Perú está calato”).
Fuente: semanaeconomica.com
Estas expresiones son erróneas y parte de agendas subalternas que pretendieron desmerecer nuestro crecimiento y sostener, falazmente, que somos primario-exportadores, que estaríamos sufriendo la ‘enfermedad holandesa’, que somos víctimas de la maldición de los recursos naturales y que las exportaciones mineras no tienen valor agregado. Ver en Lampadia: El sorprendente valor agregado de la minería
Pero parece que la aguja está cambiando de dirección, ya que durante la edición 33 de la convención minera Perumin, se ha publicado la última encuesta de El Comercio-Ipsos, que analiza las percepciones sobre la actividad minera en el Perú urbano. Las tres preguntas principales analizan la importancia del sector minero, su contribución a la economía del país y si las personas consideran conveniente desarrollar estos proyectos. La respuesta es innegable: ¡Sí, queremos! Entre el 79% y 87% (cifra varía dependiendo de la pregunta) de las personas encuestadas están de acuerdo.
Este consenso por el aporte de la minería no se ha visto ni en época electoral. Parece que por fin las personas han decidido que no quieren tirar por la borda una riqueza que ha producido muchos beneficios económicos y sociales y que puede crear mucha riqueza adicional por largos años. Dicha riqueza es esencial para generar los recursos que nos permitan superar nuestras brechas sociales y económicas y, sobre todo, para que ante la revolución tecnológica en ciernes podamos nivelarnos con los países más desarrollados en el más corto plazo posible.
Mejor aún, las personas encuestadas son conscientes de los grandes aportes de la minería al país. Reconocen los aportes de la minería en generación de empleo de calidad, en transferencia de tecnología, en generación de producción industrial peruana, en los múltiples encadenamientos que tiene con otros sectores, en generación de divisas y en aportar importantes recursos fiscales; mediando por supuesto, los mejores estándares ambientales y sociales. La minería debería recibir el apoyo abierto de la población, a lo que puede ser una de sus palancas más efectivas de desarrollo.
La minería tiene una gran capacidad de dinamizar el empleo en toda la economía. Por cada puesto generado de forma directa en el sector minero extractivo se generan adicionalmente 6.25 empleos en el resto de la economía. De estos 6.25 empleos adicionales, 1 se genera a consecuencia del efecto indirecto, 3.25 por el efecto inducido en el consumo y 2 por el efecto inducido en la inversión.
Recordemos que, según un estudio del IPE, titulado El Valor Agregado de la Minería en el Perú, “Se puede apreciar más claramente la importancia del sector en los últimos años si se analiza la contribución minera al crecimiento mensual del PBI. Por ejemplo, con el inicio de los últimos proyectos mineros grandes, Toromocho y Las Bambas, en diciembre del 2015 la minería contribuyó con 2.5 p.p. a un crecimiento mensual de 6.5%. Durante el 2016, el aporte continuó aumentando y, durante los meses de abril y mayo alcanzó a contribuir 2.5 p.p. y 3.7 p.p. a crecimientos de 2.7% y 4.8% respectivamente. Es decir, en esos meses el mayor crecimiento mensual nacional se debió directamente a la actividad del sector minero”.
Como afirma El Comercio (en su artículo compartido líneas abajo), “las expectativas de crecimiento de los próximos años podrían multiplicarse si, gracias a la recuperación de los precios de los principales metales que produce el Perú en el último año, se avanza con la exploración y ejecución de nuevos proyectos de mediana y gran dimensión. Quellaveco, de AngloAmerican, con una inversión estimada de entre US$4.000 millones y US$5.000 millones, ha vuelto a acaparar los reflectores.”
Dado que ya sabemos qué necesitamos hacer para lograr el bienestar general, debemos sindicar a los responsables de atentar contra proyectos positivos contra el Perú y actúa en consecuencia. Contamos con un sector que aporta un gran valor agregado a la economía, generando miles de millones de dólares de exportaciones. Pongamos en valor los recursos mineros que tenemos el privilegio de tener y actuemos en pro del desarrollo integral, duradero y sostenible, sin que los mitos y las mentiras nos aparten del camino de la reducción de la pobreza. Lampadia