Fernando Calmell del Solar
Expreso, 17 de diciembre del 2024
Como cada semana, estuve revisando los temas que más preocupan a la ciudadanía, pero esta vez revisé los titulares de los últimos 25 años, y la realidad real es que la temática es exactamente la misma.
Guerra total en el mundo político, denuncias de corrupción, alcaldes, gobernadores, congresistas y candidatos a la presidencia investigados.
La persecución política es hoy igual a la de hace 25 años, dirigida por fiscales, procuradores y jueces, controlados por el mundo caviar.
Pero la cosa no queda ahí: nuestra democracia, nuestro sistema político, nuestra forma de hacer política, se ha ido por el wáter.
Y me pregunté: si todos los peruanos sabemos esto y sentimos la misma repugnancia, si todos queremos terminar con este ciclo enfermizo y recuperar la esperanza, ¿qué hacemos? ¿Le pedimos a Papá Noel que nos ponga en el arbolito la solución como un regalo?
Queridos amigos, Papá Noel no es la solución, porque la solución la tenemos nosotros. Y aunque no lo crean, la solución que todos queremos llegará aplicando el sentido común.
Veamos: existen miles de fundaciones y ONG que dicen defender la democracia, ¿pero qué han hecho para mejorar nuestra democracia en los últimos 25 años? ¿Estamos mejor o peor?
Claramente estamos peor, ¿entonces por qué la empresa privada sigue financiando a estas ONG?
El sentido común nos dice que los empresarios deben dejar de financiar a estas agrupaciones, ya mismo.
Si en los 90 fuimos capaces de vencer al terrorismo, ¿por qué no somos capaces de enfrentar al crimen organizado?
El sentido común nos indica que es indispensable fortalecer a nuestras FF. AA. y de Orden, y por supuesto, jubilar a jueces, procuradores y fiscales, para dar paso a un sistema judicial que cumpla con su verdadera función: hacer del Perú un país justo.
Si la informalidad supera el 80% y eso es caldo de cultivo para mafias y corrupción, haciendo que millones de peruanos sean extorsionados tanto por el crimen organizado como por inspectores del Estado pidiendo coimas, ¿por qué no se aplica el sentido común para iniciar una nueva formalización, haciendo que el Estado deje de ser el enemigo y pase a ser un verdadero promotor de la formalidad?
Si sabemos que millones de peruanos se sienten invisibles, el sentido común nos dice que los debemos mirar, preocuparnos por sus problemas y, tanto la empresa privada como el Estado, ser solucionadores de sus problemas y no mirar para otro lado o ponerle fondos a las ONG de izquierda caviar, que lo único que quieren es un país en crisis permanente.
Y, finalmente, si el sentido común nos muestra todos los días que la izquierda ideológica caviar representa el peor modelo para el país, ¿qué esperamos para cancelarlos?
Para esta Navidad, pidámosle a Papá Noel que nos traiga el mejor regalo: recuperar el sentido común, porque eso es una pieza clave para el cambio de ciclo.