Patricia Teullet
Perú21, 2 de diciembre del 2024
«Afortunadamente, para algunos la Navidad es una oportunidad de generar algún ingreso extra y veremos en la calle niños y adultos (frecuentemente mujeres) vendiendo papel y tarjetas de regalo».
Ocasionando alguna sorpresa, pero no tanta porque ya nos tiene acostumbrados a sus barbaridades, Nicolás Maduro proclamó, cual obeso angelote de otra anunciación, la llegada de la Navidad a Venezuela en el mes de octubre. ¿Con ello esperaba distraer la atención de las elecciones presidenciales?
Pero ahora sí se viene la Navidad. Usualmente, se espera el primer domingo de Adviento para dar inicio a la temporada navideña, pero el espíritu comercial puede más y se adelanta al espíritu cristiano, y aparecen pronto los comerciales de panetones “con muchas frutas y pasas”, degustados por familias y recomendados por tiernos “Papás Noel”.
Desde hace semanas que hay tiendas y casas decoradas con luces que forman trineos jalados por renos, hombres de nieve, “Papás Noel” cargados con paquetes de regalos y, por supuesto, el infaltable árbol adornado con esferas, figuras multicolores y hasta su poco de nieve, increíble en este lado del mundo, pero que acompaña bien al chocolate caliente en una época en que deberíamos estar comiendo helados.
Además del constante recordatorio de los avisos comerciales de la televisión, otra señal de que se acercan las fiestas navideñas es el desastre del tráfico (¡y pensábamos que no era posible empeorar lo que ya tenemos a diario!).
En un país rico o de medianos ingresos, en un país con una distribución pareja de la riqueza, las navidades son una época de celebración. En un país pobre o con una desigual distribución de ingresos, es más difícil asociar la Navidad a una temporada feliz, no aquella en la que algunos niños verán como son otros los que reciben regalos con los que ellos no pueden ni siquiera soñar.
Afortunadamente, para algunos la Navidad es una oportunidad de generar algún ingreso extra y veremos en la calle niños y adultos (frecuentemente mujeres) vendiendo papel y tarjetas de regalo. Eso traerá probablemente un ingreso efímero y marginal al hogar, pero difícilmente se convertirá en el regalo soñado.
¿A cuál de estos grupos de países pertenece el Perú? ¡Vamos!, ¡que estamos hablando de un país bendecido con todo tipo de recursos naturales! Un país lleno de riquezas cuando se permite a sus pobladores aprovecharlas y no se les pone trabas para desarrollar sus actividades productivas ni se les somete a chantajes y extorsiones.
He omitido acá la parte religiosa de la Navidad; mis disculpas por ello. Quería centrar mi enfoque en el puro y duro aspecto económico, pero, finalmente, hablar de pobreza, desigualdad e injusticia nos deben hacer reflexionar sobre la caridad cristiana también.