Jaime Spak
Para Lampadia
Los lectores pensaran que me he equivocado y debía de poner deseos para el 25.
No, este es un artículo en el que voy a indicar lo que deseo a mi país para el año 2026, en que nuevamente se tendrá que elegir a las autoridades del ejecutivo y el legislativo.
Una de las buenas cosas que ha hecho este congreso, es aprobar la bicameralidad.
En primer lugar, deseo que no gane ningún candidato de la izquierda peruana.
Es muy buena para criticar y pésima para gobernar.
Lo primero que ustedes pensaran, es que soy un derechista retrogrado, pero que lejos estarían de la realidad.
Nunca he sido de derecha, pero soy consciente que un gobierno de centro derecha es lo que le conviene al Perú en el 2026.
Soy una persona de la tercera edad que ha vivido muchos acontecimientos políticos en el Perú.
En mi época universitaria tuvimos la mala suerte de vivir el golpe de Velasco.
Teóricamente este se suponía que era un gobierno revolucionario, y empezó con la estatización de la industria petrolera, luego la mal llamada reforma agraria, que trajo un inútil enfrentamiento entre los peruanos y les dio la administración de las grandes haciendas a gente que no estaba preparada.
El resultado ya es por todos conocidos. Retroceso total.
Siguió con la estatización de la pesca, la minería, y acabo con la estatización de los medios de comunicación.
¿Qué se consiguió con ello?
Prohibir la libertad de expresión.
El país en lugar de crecer retrocedió.
Los teóricos izquierdistas se infiltraron en el gobierno vía Sinamos, y no se logró más que la riqueza de estas personas y hambre para la población.
La izquierda en el país nunca estuvo unida.
Los izquierdistas son muy soberbios para unirse y lograr ser modernos.
Esto dio lugar al nacimiento de dos terribles movimientos subversivos, Sendero Luminoso y el MRTA.
Aprovechando que en el año 1980 se regresaba a la democracia, salieron a violentar el país con un saldo de decenas de miles de asesinatos.
Hemos tenido mala suerte al elegir a los gobernantes, en el año 1985, los jóvenes teníamos tremendas esperanzas en la figura de Alan García.
Su juventud, su salud mental, y su deseo de sacar provecho del Estado, genero un gobierno terriblemente malo.
Pensábamos que con Vargas Llosa las cosas irían a mejorar, pero el Apra con su gran campaña en contra del escritor, consiguió que un desconocido Fujimori, se haga del poder en el 90.
Felizmente contra todo pronóstico, Fujimori, puso en práctica el plan de Gobierno del Fredemo y logro muchas cosas positivas.
No seguiré escribiendo de Fujimori, pues ya en anteriores artículos me he referido a lo bueno y lo malo de sus gobiernos.
Pero deseo regresar con la idea de que es lo que le conviene al país que suceda en el 2026.
Un gobierno de unión, de gente proba y que puedan alcanzar mayoría en las cámaras.
Se requiere volver a empezar.
Si sale elegido el gobierno que deseo, le sugeriría que el primer día ponga en redes sociales, paneles publicitarios, radio y TV un aviso que diga: “No hay tiempo que perder, necesitamos recuperar más de 10 años de atraso.”
Lo primero que debe de hacer es un shock de inversiones nunca visto en el país:
- Luz verde a los proyectos mineros, que están durmiendo el sueño de los justos, eso solo trae bienestar al país y a los peruanos.
- Enfrentar con mano dura la inseguridad.
- Declarar en estado de emergencia el poder judicial y el ministerio público.
- Empezar un plan masivo de construcción en el país, esto da lugar a una gran cantidad de mano de obra.
- Mejorar las vías de comunicación para que los pequeños agricultores puedan tener acceso a los mercados y no le compren sus productos a precio de hambre y que los únicos que ganen sean los intermediarios.
- Declarar en estado de emergencia la educación. Un país bien educado tiene futuro.
- Combatir la corrupción, ya no queremos más, cuellos blancos, Hinostrozas, Richard Swing, Chibolines, Zamires, Karelines, Cerrones, etc. Esta gente saca provecho de la corrupción estatal.
Puedo seguir enumerando muchos deseos más para el 26, pero para que esto suceda se requiere gente capaz.
La sentencia de la corte suprema de anular la inscripción del partido de Antauro nos devuelve la tranquilidad que una persona con serios problemas mentales pueda siquiera postular.
Espero que los más de 40 partidos inscritos, la gran mayoría reflexione y no intente postular, para que no se vuelva a dar el caso de Castillo que con una cifra muy pequeña de votos paso a la segunda vuelta.
No podemos volver a tener un congreso tan disperso con 11 diferentes bancadas.
Es urgente que la gente más lucida del país se una y se logre una candidatura, que logre que se cumplan mis deseos para el 26. Lampadia