Jaime Spak
Para Lampadia
La gran mayoría de los peruanos somos gente de bien
Sin embargo, las autoridades que elegimos para que nos gobiernen, no siempre están a la altura de ello.
Tenemos tantos ejemplos de mentiras de nuestros gobernantes, que ya se ha hecho costumbre el dudar de la veracidad de la información que nos proporcionan.
Este gobierno de Perú-Libre, debe de servir a los peruanos en general, para que nos demos cuenta que un gobierno de izquierda chicha, como el que tenemos actualmente no ayuda en nada a superar la pobreza de los millones de ciudadanos que votaron por ellos.
La polarización de los electores se ha hecho tan evidente, que el partido informal más grande del país es el anti-fujimorismo.
Me pregunto qué hubiera pasado si en vez de Castillo hubiera sido elegida Keiko.
Estoy seguro que tendríamos otra calidad de gente gobernándonos.
Basta con comparar el primer gabinete de Castillo, del cual casi nadie se acuerda, con un Puka Bellido de Primer Ministro, un ministro de relaciones exteriores como Héctor Béjar, un ministro de defensa Walter Ayala, por poner algunos ejemplos de la calidad de estos señores.
En todos los gabinetes salvo el ultimo, Dina estuvo presente, en los 495 días del gobierno de Castillo que nombro a 78 ministros.
Por ello es por lo que llegamos a la conclusión de que para intentar acceder al poder, Vladimir Cerrón nombro a dos discretos personajes, muy limitados, como cabezas de la plancha presidencial.
¿Qué iba a lograr con ello?
Pues manipularlos como le venga en gana.
Cerrón es una persona mucho más inteligente que Castillo y Boluarte juntos.
La señora Boluarte pensó que gobernar un país, era chancay de a veinte, como se dice coloquialmente.
Debe de estar lamentándose en estos momentos estar sentada en el sillón presidencial, por su falta de capacidad para dirigir un país.
De estadista, nada.
Esta más preocupada en defenderse de la justicia ella misma, por el tema de las mentiras a las que ha tenido que recurrir en el tema de los Rolex, de las joyas que le regalo Oscorima, de defender a su hermano que este embarrado y sobre todo de seguir ayudando a Cerrón a que no sea capturado.
Las mentiras de la presidenta son tan evidentes que ella misma cae en contradicción, primero indicando que el Rolex se lo compro hace muchos años, con los ahorros que le permitían su sueldo de S/ 4,500.00 en la Reniec, para luego decir que fueron prestados, cuando las evidencias la desbordaban.
Ahora el tema del automóvil presidencial, que nos hemos enterado que llaman “el cofre” y que las evidencias son contundentes y se usó para transportar a Vladimir Cerrón de un condominio de Asia en el verano pasado, hacia el sur del país.
Las contradicciones que incurren son tan burdas que el vocero de la presidencia trata por todos los medios de convencernos que nunca estuvieron, donde sí estuvieron.
Ahora han indicado que la ruta de desplazamientos del automóvil presidencial es secreto de Estado.
Incluso han prohibido al chofer del automóvil presidencial a presentarse a dar su testimonio en el congreso.
Pero ya es muy tarde, pues el mediocre ministro del interior antes de asumir su cargo, le confeso a su íntimo amigo, el capitán Junior Izquierdo, que el cofre había trasladado a Cerrón a un lugar seguro.
Cerrón está siendo protegido por el gobierno y el servicio secreto cubano, que está metido hasta el tuétano en temas que competen a la seguridad nacional.
Estamos cansados que nos sigan mintiendo.
Y esta señora no tiene la exclusividad.
No olvidemos la intoxicación con bacalao antes de asumir el primer gobierno Fujimori.
O cuando García dijo que nunca estatizaría la banca y a los dos años lo intentó sin éxito.
O cuando Toledo indico que las casas de Casuarinas, Punta Sal y la oficina de lujo, se adquirieron con el dinero que recibía su suegra, como indemnización por ser víctima del holocausto nazi.
O cuando la copresidenta Nadine Heredia, indico que las famosas agendas no eran de ella.
O cuando PPK, siendo ministro de economía, su empresa hacia negocios con el gobierno de ese entonces y dijo que él no sabía nada.
Cuando Vizcarra dijo que no se había vacunado contra el Covid con la vacuna de Sinopharm y resulta que tanto el cómo sus principales familiares lo hicieron de manera clandestina.
O cuando Castillo en su primer mensaje a la nación indico que el palacio de gobierno se iba a convertir en un museo para ir a hacer sus tropelías a la casa de Sarratea.
Estamos hartos que nos mientan, el país se está desangrando nuevamente como consecuencia de la delincuencia urbana, que ya está siendo catalogada como terrorismo urbano.
Ojalá llegue a completar su gobierno la señora Boluarte, pero debe de recordar lo siguiente: La verdad es la mejor mentira.
Lampadia