Aldo Mariátegui
Perú21, 27 de setiembre del 2024
“Es decir, la refinería de Conchán y la Concha Acústica del Campo de Marte se quedan enanas como sus escenarios”.
-No deja de crecer la galería de jueces peruanos que a uno lo dejan estupefacto por sus pésimos y sesgados fallos. El otro día mencionaba aquí a César San Martín, Zúñiga Urday y Chávez Tamariz como ejemplos típicos de magistrados absolutamente parcializados y politizados, que deja a la justicia peruana (un oxímoron, por cierto) por los suelos. Hoy tengo a un trío más de este tipo de funcionarios públicos infaustos para incluir en esta triste cartelera de la vergüenza ajena. Se trata de los jueces Osvaldo Ordóñez Dávila, Bacilio Cueva Chauca (sí, así se escribe su nombre en lugar de Basilio) y Andrés Tapia González, que componen la Primera Sala Constitucional de la Corte Superior de Lima. Estos han cometido la atrocidad de acoger favorablemente un amparo del tristemente célebre exintegrante del TC Eloy Espinoza-Saldaña contra la resolución de la PUCP que le sancionaba con justicia por haber cometido plagios. ¡Ni CSM hubiera hecho eso!
-Sin querer (porque tiene pinta de ser muy malo para contar chistes —se maneja mucho mejor con la ironía culta— y en su incursión hace muchas lunas como conductor televisivo resultó muy aburrido), Gorriti puede ser a veces un gran cómico, casi un Francella. Según afirma sin sonrojarse, los dichos del testigo Villanueva son absolutamente ciertos cuando se refieren a otras personas, pero, en cambio, son completamente falsos solamente cuando se refieren a… ¡Gorriti! También es muy hilarante que Gorriti tenga el cuajo de acusar a otros, con sustento o no, de manipular al Ministerio Público tras lo que detalló Villanueva de cómo este mismo Gorriti mangoneó como quiso a esa institución, a través de los fiscales Vela, Pérez y otros. Es decir, la refinería de Conchán y la Concha Acústica del Campo de Marte se quedan enanas como sus escenarios. Que vaya entonces donde sus dóciles caseritos RMP, Chincha o Mávila con esas coñas, que estos jamás le formularán preguntas incómodas y más bien serán muy untuosos mientras le lustran los zapatos.