Juan Stoessel
Perú21, 22 de setiembre del 2024
“Estamos jugando a la ruleta rusa. La inacción nos conducirá inevitablemente a mayores tragedias. Si no es hoy, será mañana. Machu Picchu necesita a gritos un acceso mecanizado, como lo tiene Kuélap”.
Machu Picchu vuelve a ser noticia. Lamentablemente, no por ser una maravilla mundial, sino porque se volcó un bus que bajaba turistas desde la ciudadela, dejando más de 30 heridos. La carretera Hiram Bingham es una bomba de tiempo, un camino de tierra en pésimo estado, sin señalética ni guardavías. De pura suerte, el accidente no fue peor. Los buses tampoco ofrecen la menor garantía. Invita a la suspicacia que el centro que dio el certificado técnico fuera repentinamente clausurado, lo que impidió que se investiguen posibles irregularidades en la inspección. Todos sabemos que la vía es una ruina, pero, al estar en un santuario histórico, Sernanp no autoriza que se le dé mantenimiento. También es público que los buses brindan un pésimo servicio —jalados en calidad, seguridad y sostenibilidad—, pero como Consettur siente que tiene la concesión a perpetuidad, no mueven un dedo por mejorar. Ha tenido que suceder este accidente para que de golpe manden dos tercios de sus unidades a revisión técnica. Al quedar tan pocos buses operativos, las colas para subir a Machu Picchu se han vuelto de terror. Tenemos uno de los mayores atractivos turísticos del mundo, pero con uno de los accesos más precarios.
De otro lado, hay incendios forestales en Amazonas, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Madre de Dios y Ucayali. Una tragedia ambiental con pérdida de vidas humanas, que es consecuencia de la falta de previsión del Estado. No somos capaces de tomar precauciones elementales, como tener los equipos adecuados para combatir incendios en lugares agrestes o trabajar con los agricultores de estas zonas para explicarles el riesgo de mantener la tradición de hacer quemas antes de la siembra. ¿Imaginan si el fuego ocurría cerca de Machu Picchu? Aguas Calientes no tiene estación de bomberos. ¿O de Kuélap?
Estamos jugando a la ruleta rusa. La inacción nos conducirá inevitablemente a mayores tragedias. Si no es hoy, será mañana. Machu Picchu necesita a gritos un acceso mecanizado, como lo tiene Kuélap. Por no chocar con un pequeño grupo de intereses turbios, estamos poniendo en peligro a cada turista que visita la llaqta. Sobre los incendios forestales, debe implementarse sin demora un plan de prevención, porque con el calentamiento global estos incidentes aumentarán. Necesitamos que las autoridades rompan el círculo vicioso o el sector turismo comenzará a perder proyección y relevancia. En cambio, si nos comemos el pleito, el turismo tendrá pista libre para seguir trayendo crecimiento y desarrollo a los peruanos.