Jaime Spak
Para Lampadia
Hace décadas atrás, cuando uno se refería al título de este artículo, lo asociaba a la oligarquía, a los terratenientes y a los grupos de poder económicos que acumulaban riqueza.
Pues bien, es verdad que de acuerdo a la lógica el ser humano es ambicioso y cuando más tiene quiere más.
No se conforma con lo que tiene por varios motivos:
- El deseo de seguir creciendo.
- El temor de la competencia
- La ambición personal
- El deseo oculto que se le reconozca como una persona diferente.
Sin embargo, a pesar de las diferencias de las clases sociales, en algunos de estos emprendimientos o empresas, las personas tenían sueldos adecuados, la clase media creció y una persona con un puesto de trabajo estable podía mantener a su familia, darles buena educación a sus hijos, etc.
Es verdad que también existía lo contrario, sobre todo en las haciendas donde muchas veces los trabajadores eran maltratados, y sus ingresos no le permitían salir de la pobreza.
Aprovechando este último aspecto, se produjo el golpe de estado del general Velasco que intentando poner una cuota de equidad en la sociedad peruana, al final todo salió al revés.
Los dueños de las tierras fueron esquilmados, bajo el pretexto de una reforma agraria, que lo único que trajo fue empobrecimiento mayor en el agro, pues los trabajadores no estaban preparados para administrar tremendos latifundios.
Eso dio lugar a que algunos advenedizos, los que hoy se les llamaría caviares, bajo el pretexto de querer asesorar a estas empresas, acabaron de destruirlas.
Ellos cobraban ingentes cantidades por este servicio que no sirvió para nada.
De igual manera, una de las industrias más prosperas como la industria pesquera, siendo Perú uno de los líderes en la producción de harina de pescado, fue expropiada y el resultado fue igual de nefasto.
Con una pequeña gran diferencia, las empresas públicas que se crearon para dirigir toda la industria de harina de pescado, se beneficiaron de una manera enorme.
El dinero que ganaban por comercializar el producto estrella que no les había costado un centavo crearlas, les permitió hacerse de millonarias regalías por negociados bajo la mesa.
En la industria, la comunidad industrial paso por el mismo problema, se empoderaron tanto a los trabajadores que prácticamente fueron una competencia con los sindicatos y empezaron a usufructuar de las utilidades de una empresa en la que no pusieron un sol para crearlas.
Así puedo seguir con el tema de la nacionalización de los medios de comunicación, que pusieron fin a una industria que estaba en pleno auge, sobre todo con las producciones audiovisuales (hoy llamadas telenovelas) que estaban en un crecimiento impresionante.
Hoy en día los nuevos dueños del Perú, no son ninguno de los grupos que he mencionado.
En el año 1980 con el regreso a la democracia, los medios de comunicación fueron devueltos a sus antiguos dueños y luego de algunos años de gran incertidumbre por el terrorismo terrible que vivimos, con un nefasto primer gobierno de García, el problema económico y de seguridad se unieron para que las cosas se pusieran mal.
Incluso en el gobierno de Velasco, muchos peruanos emigraron al extranjero y muchos no han regresado y han hecho sus nuevas vidas en países cercanos y lejanos y son personas que hubieran podido ayudar a un crecimiento económico y de confianza.
Los actuales dueños del país son esos supuestos peruanos emergentes, cuyo patrimonio deja mucho que desear.
En el actual congreso vemos a peruanos que están recibiendo ordenes de los nuevos dueños del Perú.
El partido de Acuña, que ni siquiera tuvo la imaginación para darle un nombre apropiado, sino que copio Alianza Para el Progreso tiene gente de quinta categoría.
Como lo dije en un artículo anterior es irónico que una de las personas más incultas del país, sea el dueño de la universidad con más alumnos del Perú, que le genera millonarios ingresos y que tiene a congresistas cuestionados, como el nuevo presidente del congreso que está probado que el año pasado tuvo más de 60 reuniones con mineros informales.
La minería informal, hoy en día es una “industria” que genera más ingresos que el narcotráfico.
Otro dueño de universidades casi bambas, como el señor Luna con su partido Podemos, tiene también un poder enorme dentro del parlamento.
Ni habar de Perú-Libre donde el señor Waldemar Cerrón no tiene la más mínima posición de decoro, y ha sido reelecto como el nuevo segundo vicepresidente del congreso.
Su hermano el dueño del partido está en la clandestinidad hace muchos meses, huyendo de una orden judicial de tres años y medio de prisión.
Estos son los nuevos dueños del país, que coludidos con la presidente hacen y deshacen.
Esperemos que en el año 2026, las cosas cambien y no haya dueños del país, sino gente decente que nos gobierne. Lampadia