Alfonso Bustamante Canny, Presidente de la Confiep
Gestión, 12 de julio del 2024
Administrar justicia es una noble labor que debe merecer respeto y admiración. Hoy estamos lejos de ese objetivo”.
He revisado la encuesta de opinión de Datum de marzo pasado, respecto de la confianza de los peruanos hacia el Poder Judicial, el cual muestra una negativa en la confianza hacia este que alcanza al 85% de los ciudadanos. Y es que el 82% cree que los jueces, pocas veces o nunca, resuelven las demandas judiciales de manera justa y correcta; y la razón es porque el 64% piensa que jueces y fiscales son corruptos y aceptan coimas, mientras que el 13% piensa que son incapaces y no están preparados para ejercer el cargo. El 73% de los peruanos no confía en la Fiscalía y uno de cada dos peruanos cree que además es corrupta, que hay un abuso de poder y que logra pocos resultados.
Es muy difícil atraer inversión en condiciones favorables para nuestra patria en un entorno donde los ciudadanos no confiamos en la justicia peruana. Es por ello que los peruanos de bien debemos alzar la voz en protesta, exigiendo de jueces y fiscales eficiencia y probidad. Debemos también invocar a profesionales probos y con experiencia en asuntos jurídicos a hacer propuestas en torno a realizar los necesarios cambios. Administrar justicia es una noble labor que debe merecer respeto y admiración. Hoy estamos lejos de ese objetivo.
Las encuestas de julio sobre los principales problemas que enfrenta el país, muestran que la crisis económica ocupa el primer lugar, seguido por la inseguridad, producto de la delincuencia, y en tercer lugar la corrupción. Los mismos problemas, que año a año no se resuelven, y algunos empeoran. En esa misma encuesta se evidencia un mayor desapego de los peruanos hacia su patria. ¿Será que los jóvenes se están cansando de esta parodia política que nos impide progresar? El que los jóvenes universitarios busquen hacer una vida lejos de su Perú natal tendrá consecuencias negativas insospechadas para las siguientes generaciones.
Por ello es que creo importante cambiar nuestro ánimo y espíritu de lucha. Vale la pena luchar por el Perú. Está en nuestras manos cambiar nuestra historia.
Exijamos un Poder Judicial probo, justo y predecible, un sistema de salud público confiable y oportuno, viviendas sociales dignas y al alcance de todos los bolsillos, un transporte público ordenando, pistas sin huecos, maestros capaces, trabajadores capacitados y productivos, niños sin anemia, policías íntegros y con dignidad. Por último, el cierre de brechas de infraestructura requiere un sistema de concesiones que multiplique los recursos económicos del Estado, su administración y fiscalización deben ser predecibles.