Jaime de Althaus
Para Lampadia
El caso de la mina Aruntani, ubicada en las partes altas del río Tambo, en Moquegua, es para una antología del surrealismo estatal. Esta mina no produce una onza de oro desde junio del 2019, pero invierte mas de 10 millones de dólares al año para mantenerse cerrada. No puede ejecutar el plan de cierre de minas porque el ministerio de Energía y Minas (MINEM) ejecutó las fianzas para tal fin, de modo que el MINEM debe ejecutar dicho plan, pero no lo hace. Mientras tanto, la mina debe gastar ingentes recursos en mantenimiento.
En efecto, la empresa estaba ejecutando el plan de cierre, pero ese mismo año, el 2019, debido a unos incumplimientos calendarios en la ejecución del mencionado plan, el MINEM ejecutó la fianza depositada como garantía de dicho plan. La ley establece que una vez cobrada la fianza, la Dirección General de Minería le encarga a una empresa especializada la ejecución del plan de cierre de minas.
Ya han pasado casi tres años y los trabajos de cierre de minas no existen. El MINEM dispone de U$S 20 millones provenientes de la ejecución de las cartas fianzas para dar inicio a las actividades de cierre, y no los ejecuta. El Ministerio recién contrató a la empresa pública Activos Mineros más de dos años después, en diciembre de 2021. Le transfirió 21 millones de soles -que equivalen solo a 5.6 millones de dólares- pero no para el cierre de minas sino para que “inicie las acciones inmediatas de atenuación y estudios de mitigación futura en la unidad minera Florencia Tucari”, según la nota de prensa respectiva.
Según Alejandro Santo, gerente general de Aruntani, a la fecha ni siquiera las “acciones inmediatas” han comenzado, salvo la construcción de una pequeñísima poza de almacenamiento de aguas de 1,800 m3, cuando desde el 2019 a la fecha la mina ha construido pozas para acumular casi 150,000 m3 de agua.
Pese a que el MINEM no da inicio a la ejecución de actividades del plan de cierre, el 9 de mayo requirió que Aruntani constituya garantías adicionales por 15 millones de dólares para los cierres progresivos de Florencia – Tucari y Jesica – Arasi, para los cuales ya había ejecutado las fianzas respectivas.
Cuando la mina ha intentado asumir trabajos del cierre de minas, ha recibido la respuesta que la encargada de hacerlo es la Dirección General de Minería del MINEM. En reiteradas oportunidades Aruntani ha solicitado reuniones con el MINEM para tratar esta problemática, las tres últimas el 29 de abril, el 13 de mayo y 31 de mayo. Pero no ha obtenido respuesta alguna.
Mientras tanto, el gasto en el mantenimiento de infraestructura y control de aguas desde junio de 2019 a la fecha suma más de 25 millones de dólares, sin contar la ejecución de garantías. Por supuesto, ninguna empresa puede funcionar indefinidamente con puro gasto y sin tener ingresos. Es una situación absurda, que revela claramente como funciona el Estado peruano.
Es el perro del hortelano. Lampadia