Ismael Benavides
Expreso, 21 de junio del 2024
A la luz del crecimiento del PBI en el mes de abril de este año en 5.28%, el ministro de Economía, José Arista, anunció un nuevo estimado de crecimiento de la economía para el 2024 de 3.2% anual. La pregunta de rigor es ¿será factible lograrlo? Muchos analistas económicos que tenían predicciones por debajo del 3% ya las están ajustando cerca a esa cifra o ligeramente por encima coincidiendo con el anuncio del ministro.
En abril de 2024 ocurrieron varios factores además del hecho que el mes tuvo 2 días laborables más que en el mismo mes de 2023 porque semana santa cayo este año en marzo. Pero lo más importante es que el crecimiento de la economía ya venía en declive por una parte por la ineptitud en la gestión económica del Gobierno de Pedro Castillo que aún sufrimos y la violenta caída en la inversión privada en el 2022, y adicionalmente afectada por las violentas manifestaciones en contra del Gobierno de Dina Boluarte desde diciembre de 2022 hasta febrero 2023 se está tornando positivo.
En abril de 2023 también estábamos sintiendo los efectos del ciclón Yaku y los inicios de El Niño, y el PBI solo creció 0.4%, impactado principalmente por la caída del sector agropecuario, la pesca y la construcción. Abril fue el último mes de crecimiento de la economía peruana en el 2023, que a fines de año decreció 0.6%. La evolución de la economía peruana empieza a tener un sesgo positivo al alza en este 2024 habiendo acumulado 2.38% de enero a abril y 0.30% anualizada de mayo 2023 a abril de 2024. El aumento en abril se debió a la evolución positiva de sectores como el agropecuario, pesca, manufactura primaria, construcción principalmente por obra pública, electricidad gas y agua y diversos servicios. Resalta también el aumento del consumo privado y la nueva tendencia, aunque ligera, de la inversión privada. Todo esto debe de verse positivamente como un cambio de tendencia en la dirección de la economía, que aún débil, es auspicioso para el país.
No todo es obra del Gobierno, porque evidentemente hay sectores que están experimentando un rebote como son la pesca, la agricultura, y el consumo privado, pero no cabe duda de que la tranquilización del país comparado con el 2023 está ayudando a que la economía empiece a evolucionar positivamente, y la caída de la inflación en respuesta a la política monetaria del BCR también está tranquilizando a los consumidores que se refleja en una mayor propensión al consumo.
¿Qué factores ayudarán a lograr el 3.2% de crecimiento este año? Hay varios, entre ellos la normalización del clima y la reactivación de la pesca y del agro, el aumento de la producción minera por los buenos precios, y el aumento de la inversión pública tanto a nivel local, regional y del Gobierno central, La continuación y término de obras importantes como el puerto de Chancay y el nuevo aeropuerto de Lima, y el inicio de algunas concesiones de transmisión y generación eléctrica. También se espera mejor desempeño en la inversión privada y el consumo de las personas acompañados de una mejora en las expectativas.
Sin embargo, ante esta recuperación débil todavía hay elementos que nos pueden jugar en contra, como la inestabilidad política, el mantenimiento de un alto déficit fiscal, que no incluye más aportes a Petroperú y leyes populistas que impliquen gasto público que puede seguir dando el Congreso como el intento de nombrar 200,000 maestros sin concurso. Las restricciones al crédito bancario y el mantenimiento de tasas de interés aún altas, y la limitación de recursos para financiar la inversión privada serán una limitante. La posible pérdida del grado de inversión y el debilitamiento de las economías de nuestros principales socios comerciales, China, Estado Unidos y la Unión Europea, jugarían en contra del Perú también. ¡Esperemos que en estas circunstancias Dios siga siendo Peruano!