Charo Camprubí
Desde España
Para Lampadia
Para el independentismo catalán el domingo 12 de mayo marcará un antes y un después. Es el día en que sufrió una derrota histórica que pone de manifiesto que la sociedad catalana quiere pasar página del llamado “proceso independentista”. Por primera vez en años los partidos independentistas no tienen mayoría absoluta para gobernar ya que no representan sino a un 43% de la sociedad catalana.
Comienza una nueva etapa en Cataluña que será liderada por el gran vencedor de la noche, Salvador Illa, líder del Partido Socialista Catalán (PSC). Illa, hombre dialogante y moderado, no pudo gobernar en el 2021 pese a ser el primer partido porque los independentistas fueron mayoritarios en las urnas y se constituyó un gobierno independentista. Esta vez el PSC batió todos los récords y obtuvo 42 escaños, 9 más que en las elecciones anteriores. Sin embargo, una vez más, formar gobierno no le será fácil.
El segundo éxito ha sido el de Carles Puigdemont que hizo campaña desde el sur de Francia. Obtuvo 35 diputados y dejó noqueado a su principal contrincante dentro del independentismo, Esquerra Republicana (ERC), que bajó de 33 a 20 diputados. Pero este triunfo tuvo un sabor amargo para Puigdemont que hubiese querido ser el primer partido en Cataluña, no el segundo, y volver como Presidente de la Generalitat, no con una mayoría independentista que se les ha ido de las manos.
Volver, volverá, porque la Amnistía se votará de manera definitiva en el Congreso de los Diputados dentro de poco, pero difícilmente será Presidente aunque ha anunciado que se presentará a la investidura. Necesitaría el apoyo de su rival, ERC, y ni más ni menos que la abstención del partido ganador, el Partido Socialista Catalán. El PSC ya ha declarado que no está dispuesto a otorgarle la abstención que solicita.
ERC, cuyo líder, Pere Aragonés, tenía la presidencia de la Generalitat, cometió el error de adelantar las elecciones cuando su gestión estaba siendo criticada. Ha sufrido un batacazo electoral y acaba de declarar que no recogerá su acta de diputado y que abandonará la primera línea política. Mantiene, además, que su partido pasará a la “oposición” por lo que dejaría en la cuneta tanto al PSC como a Junts ya que la llave de la gobernabilidad está en sus manos.
El PSC quisiera conformar un tripartito de izquierdas con ERC y Comuns, y Puigdemont le ha pedido que apoye su investidura. Pero no parece que ERC esté por la labor de facilitar la gobernabilidad ni del PSC ni de Junts. Aragonés dice que dado que los triunfadores en estas elecciones son el PSC y Junts, les corresponde a ellos “saber cómo gestionar esta situación”. Eso podría abocar a Cataluña a un bloqueo y a nuevas elecciones.
Todo esto se produce cuando Puigdemont está a la espera de se vote de manera definitiva la amnistía en el Congreso de los Diputados para volver a España y cuando sus 7 diputados son indispensables para la continuidad del gobierno de Sánchez.
Para el PP estos resultados electorales no podían ser mejores ya que cumplieron con los dos objetivos que se habían propuesto: ser la cuarta fuerza política en Cataluña y superar a Vox en votos y escaños. Pasaron de tres a 15 escaños frente a los 11 de Vox, que mantuvo sus posiciones. El éxito del PP se debe a que absorbieron a Ciudadanos que vivió una debacle electoral ya que desapareció del parlamento catalán.
El liderazgo de Feijóo sale reforzado, pero Vox sigue siendo un problema. En abril, Vox consiguió entrar por primera vez en el Parlamento vasco con un diputado y ahora, en Cataluña, el PP no consiguió arrancarle ni un solo escaño. Vox se resiste a ser absorbido por el PP. Incluso ha entrado Alianza, una extrema derecha catalana, con dos diputados.
La política del Gobierno de Sánchez de pacificar Cataluña a través de los indultos y de la amnistía ha sido premiada por los catalanes que se lo han agradecido en las urnas. Otra cosa muy distinta es lo que piensen los españoles que viven fuera de Cataluña. Estos últimos se podrán expresar muy pronto porque el 9 de junio hay elecciones al Parlamento Europeo en las que vota el conjunto de la ciudadanía española. Los que quieran castigar al Gobierno de España tendrán entonces la oportunidad de hacerlo.
Para el Partido Popular, dichas elecciones son muy importantes porque las plantea como si fueran una repetición de las elecciones generales al Parlamento español de julio de 2023. Un resultado en las europeas que diera un empate entre ambas formaciones sería considerado un fracaso para Feijóo porque lo que espera, después de varias manifestaciones en contra de la amnistía, es que la ciudadanía española desautorice a Sánchez. Lampadia