Por: Ismael Benavides
Expreso, 3 de mayo del 2024
La semana pasada en la Universidad Agraria de la Molina tuvo lugar Agromin, evento muy importante que trató durante 3 días temas relacionados con el agro y su relación con la minería. Este evento, en su tercera edición, fundado y promovido por el ingeniero Rómulo Mucho, hoy Ministro de Energía y Minas, y presidido por el destacado minero don Augusto Baertl, tuvo distinguidos expositores y una agenda nutrida y diversa desde análisis históricos de la relación agricultura-minería, el agua y la siembra y cosecha de agua, cultivos andinos, sostenibilidad y diversos otros temas inherentes a estas actividades que se relacionan una a otra intrínsicamente.
Nuestra izquierda anti minera ha hecho un buen trabajo de indoctrinar y manipular a nuestra población para crear fantasmas donde no los hay y falsas dicotomías que han aportado políticos irresponsables como el decir oro no, agua si, o como decir agua sí mina no, soslayando que la minería solo consume el 2% del agua e incluso fomentando paralizaciones y acciones vandálicas como fue en el caso reciente del Gobierno de Pedro Castillo y sus ministros, y además creando a nuestra minería y a nuestro país innecesariamente una muy mala imagen en el exterior. La sociedad civil que mayoritariamente apoya la minería en las encuestas no ha reaccionado y nuestros empresarios mineros y de otros gremios se han limitado a comunicados o acciones poco contundentes.
Hoy ha quedado largamente demostrado que donde hay minería hay prosperidad y donde hay minería hay agricultura pues la minería moderna y amigable al medio ambiente convive con la agricultura y maneja adecuadamente el agua. No estoy hablando de Australia, Noruega, o Canadá, ni las antiguas minas de carbón de Gales que conviven con las ovejas, estamos hablando de las regiones más prósperas del Perú que tienen minería y que todas están por encima del PBI per cápita promedio nacional de US$7,100 anuales. Moquegua tiene un PBI per cápita de $21,800 anuales, Ica ($11,500), Pasco ($9,500), Arequipa ($9,200), Áncash ($8,800), Tacna ($8,700) y Apurímac, que creció exponencialmente con Las Bambas, $7,800. Ahora imagínense que todas las regiones exploten sus recursos mineros, podríamos estar con niveles de PBI y bienestar superior a varios países europeos y largamente sobre Chile.
Hoy tenemos que soñar en grande por el bienestar de nuestro pueblo y el futuro del Perú. Tenemos que dejar de lado lo políticamente correcto, pues me pregunto ¿correcto para quién?, seguramente para los anti mineros, pero no para el pueblo peruano ni las comunidades que circundan a las empresas mineras.
Debemos subirnos al acelerado desarrollo de las nuevas tecnologías de generación eléctrica, informática, y a la revolución del transporte con los vehículos eléctricos, todos los cuales van a consumir nuestros metales, llámese cobre, litio, oro y plata entre otros, y que nos van a redituar ingentes recursos que permitirán desarrollar el país y su infraestructura. Debemos también ponernos metas como lo hizo el presidente García en el 2007, que el Perú debería apuntar a producir 5’000,000 de toneladas de cobre anuales para ganarle a Chile, y pasar a ser el primer productor del mundo de cobre, tenemos las reservas para hacerlo.
Los peruanos debemos definir como Política de Estado el desarrollo de la minería de la mano con la agricultura, usando metodologías probadas para hermanar estas dos actividades tan importantes. El Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Energía y Minas deben hacer planes conjuntos, como se hizo en el 2007, de apoyo a las actividades agrícolas en las zonas mineras y así crear una relación pacífica con las comunidades y no darles espacio a los chantajistas y los antimineros que tanto daño han hecho al Perú.