Por: Juan Carlos Tafur
Sudaca.pe, 20 de abril del 2024
“Si no se actúa vamos a transitar en menos tiempo del esperado por los senderos del populismo estatista radical del chavismo o algo aún peor, y tardaremos décadas en poder librarnos de ello”
Suelo dar charlas de análisis político a empresarios o gremios empresariales desde hace décadas y sorprende ver, en el presente, la ceguera casi absoluta del sector respecto del abismo al que podemos caer el 2026 si toda la sociedad civil en su conjunto no reacciona y participa activamente, cada uno desde sus responsabilidades y posibilidades.
Se malcree que la relativa estabilidad alcanzada por el gobierno de Dina Boluarte antecede a una acción colectiva de acá a dos años en favor de las políticas de mercado y pro democracia que, mal que bien, este gobierno mantiene como líneas directrices. Se basan para ello en la casi inexistente protesta social respecto del régimen y asumen que esa paz sostenida con pinzas es el mejor anticipo de que el 2026 no ocurrirá ningún sobresalto.
Las encuestas, miradas en perspectiva y multidimensionalmente, muestran, sin embargo, otro panorama. Se viene al galope la insurgencia de candidatos radicales disruptivos y no uno sino varios. La inmensa desaprobación de un gobierno que es percibido de derechas, la refractaria postura del sur andino, la atomización de los partidos de centroderecha y otros factores psicosociales apuntan, claramente a que disputaremos una segunda vuelta con al menos un candidato radical, y si el panorama actual no cambia de repente hasta con dos (que no sorprenda una jornada definitoria entre Antauro, Bellido o Aníbal Torres).
Los empresarios tienen mucho por hacer al respecto. Primero, no financiando a candidatos aislados sin exigir como condición previa cierto afán de concierto. Segundo, apoyando con dinero bien habido a las varias ONGs que ya existen en el país y tratan, con enorme esfuerzo, por la carencia de financiamiento, de generar un cambio de actitudes ideológicas en los sectores populares (conozco por lo menos tres iniciativas al respecto y a pesar de haber pasado el sombrero a los principales grupos económicos no han recibido ni migajas).
En ese plan mezquino, vamos a perder el país que hasta hoy conocemos, que amerita correcciones urgentes, pero bajo la matriz de la economía de mercado y la democracia representativa. Si no se actúa, vamos a transitar en menos tiempo del esperado por los senderos del populismo estatista radical del chavismo o algo aún peor, y tardaremos décadas en poder librarnos de ello, porque nadie va a acudir en nuestro auxilio. Ojalá los empresarios recapaciten y asuman su cuota de responsabilidad en el asunto