Por: Ismael Benavides
Expreso, 1 de marzo del 2024
En los últimos años nos hemos entusiasmado con las brillantes cifras de la agroexportación peruana que llegaron a casi US$10,000 millones en el 2023, comparado con los $620 millones en el año 2000. Nos llena de orgullo ser los primeros exportadores de uva y de arándanos en el mundo, segundos en palta y espárragos y haber desarrollado distintas variedades de café y cacao en nuestra selva, así como productos tropicales como mango, piña y banano orgánico, además de nuestras súper foods, quinua, maca y kion, y recientemente pitahaya entre otros. Los números son tan extraordinarios como la variedad de productos, pero poco miramos a los impactos sociales de todo esto en el empleo, los ingresos, y la mejora en la calidad de vida de la gente que laboran en estas actividades, y el impacto que tuvo en ello la Ley de Promoción Agraria.
Lo primero a resaltar es que la agricultura y la agroexportación son actividades descentralizadas que se realizan en todo el Perú y con mayor énfasis en la costa, desde Tumbes hasta Arequipa, incluyendo otras regiones que en mayor o menor grado han desarrollado su agricultura. Esta descentralización ha permitido desarrollar ciudades y pueblos en la costa donde el ingreso de los trabajadores agrícolas ha permitido un aumento de diversas actividades comerciales, industriales y de servicios, relacionados al agro y a la mayor capacidad de compra de los trabajadores, de tal forma que hoy vemos en provincias centros comerciales y locales de consumo que antes eran exclusividad limeña. El contraste con la situación del agro y las ciudades principales es notorio hoy frente al desastre que fue la reforma agraria Velasquista que solo empobreció el campo y las ciudades vecinas por décadas.
Tomemos Ica, la primera región que se embarcó en la agroexportación del espárrago y la uva en los años 90, ha tenido un despegue espectacular y hoy lidera la exportación de uva y varios otros productos y solo le restringe el agua para seguir creciendo. La población de Ica entre el año 2000 y el 2023 creció de 528,235 habitantes a 981,400 o sea un 86%, sin incluir en este cálculo a muchos trabajadores migrantes de temporada, es decir mucho más que el crecimiento poblacional del Perú. El PBI Iqueño creció en el decenio 2007-2017 de S/ 8,794 millones a S/ 20,960 millones, es decir un 135.5%, y el ingreso per cápita ahora es $ 11,092, largamente superior al PBI per cápita nacional de $ 6,700, y solo tercero después de Moquegua (Región Minera) y la provincia del Callao. Claro Ica tiene un componente minero y pesquero, pero además industrial, comercial y de servicios, muchos de estos dependientes de la agricultura. El empleo agrícola en Ica es alrededor de 100,000 personas y se generan unos 300,000 puestos en comercio manufactura y servicios, la mayoría en actividades relacionadas al agro. El desempleo en Ica fluctúa entre 5% de la PEA y pleno empleo en momentos de campaña, y la pobreza fluctúa entre 1.8% y 4.4% de la población, muy debajo de la pobreza nacional del 30%
Finalmente, junto con la agricultura y la prosperidad moderna en Ica se está produciendo un fenómeno social típico de las sociedades desarrolladas, la población rural es solo 7% frente a 20% a nivel nacional, es decir los trabajadores del agro hoy día viven en pueblos y ciudades con mayor infraestructura y seguridad y donde pueden mejorar sus niveles de vida. El otro fenómeno es el crecimiento del ingreso familiar por la gran cantidad de mujeres que trabajan en el agro y es así que el ingreso individual de un obrero se multiplica por dos o por 3 si tiene un hijo en edad de trabajar, es decir pueden tener un ingreso familiar de 4,000 a 6,000 soles mensuales, lo que les permite comprar un terreno o una pequeña casa y hacer profesionales a sus hijos, o hacer un negocio, y así empieza la construcción de una clase media que es la verdadera base de una sociedad moderna, y también la verdadera justicia social. La derogatoria de la Ley de Promoción Agraria en el 2020 paralizó la inversión en el agro, y este proceso virtuoso de mejorar el nivel de vida de los peruanos.