El éxito de la Alemania de la pos-guerra
Pablo Bustamante Pardo
Expresidente de IPAE
Director de Lampadia
Como le dice Jesús Huerta de Soto a sus alumnos del Instituto Juan de Mariana, el profesor de Javier Milei: hoy por hoy se escribe cualquier cosa sobre Milei, ultra derechista, fascista, el Trump de Argentina, loco, etc., etc.
Pero resulta que Milei es un doctor en economía, muy versado sobre las debilidades y fortalezas de la economía de mercado, con una comprensión cabal de la historia económica, y además, un hábil y feroz polemista. Milei no es derechista, es un liberal, una suerte de anarco-capitalista.
Huerta dice a sus alumnos:
“No se dejen engañar pensando que Milei es un ultraderechista o que es compañero de viaje de Donald Trump o de Bolsonaro, etc., no tiene nada que ver. Hay un artículo en el Wall Street Journal explicando que Donald Trump es un intervencionista tremendo, partidario de subir los aranceles, enemigo del comercio libre, quiere proteger la industria norteamericana estableciendo muros a la libre importación de bienes y servicios, es justo lo contrario de lo que defiende Milei, que no es un ultraderechista es un ultraliberal.
Donald Trump quiere manipular el dinero, que se baje los tipos de interés y que se haga inflación. Milei quiere hacer justo lo contrario, volver a una moneda fuerte y acabar con el Banco Central. No tiene absolutamente nada que ver, Milei es un verdadero liberal, mientras que Donald Trump y los otros compañeros de viaje son populistas de derecha, que defienden el socialismo de derechas, el intervencionismo del Estado en la economía, no la libertad”.
Pero ahora quiero destacar la explicación de Huerta sobre la importancia de hacer un ajuste económico radical, cuando las cosas están fuera de control, como en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial y hoy en Argentina.
Veamos:
Más preguntas queridos alumnos
¿Sí? ¡Ah! Milei, bueno ese Milei
Jesús Huerta de Soto responde en clase sobre Javier Milei
Instituto Juan de Mariana – España
Transcrito y glosado por Lampadia
Parte 1
Este alumno [Milei], se ha dedicado a la política y es el primero de mis discípulos que llega a la presidencia de un gobierno.
Es interesante, porque es una persona formada en contra del estereotipo, o la caricatura que los medios de comunicación quieren hacer de él.
Él es catedrático de teoría económica. Sabe perfectamente los argumentos, cosa que no sucede normalmente con los políticos, que son unos ‘ignorantamus’ en materia de ciencia social.
El presidente del gobierno sí que es economista y doctor, pero es un caso muy especial. (Los Feijó y los Rajoy suelen ser abogados, juristas, los políticos no suelen ser economistas). Milei es un personaje peculiar porque se conoce perfectamente los argumentos, y en los debates pues fácilmente desmonta a sus oponentes.
Lo que pasa es que tiene unas formas muy agresivas, a veces parece que se pone a gritar, que es un energúmeno, o que pierde los papeles, yo diría más bien que es falta de paciencia, no tiene paciencia ante la estupidez, 50% teatro y 50% falta de paciencia, y luego, después de desmontar en el debate a cualquiera, termina diciéndole: “sabe qué le digo además de todo, que es usted un zurdo de mierda”. Claro ¿decirle esto a una persona en la televisión, en el momento prime más importante en la televisión nacional?
Bueno pues en Europa, en España, pues inmediatamente esa persona sería descalificada. En Argentina y cada vez que dice ‘un zurdo de mierda’ consigue 100,000 votos más.
Pues hay muchas explicaciones sobre a qué se puede deber esto, la situación allí es realmente desesperada y tengan en cuenta que nunca ha triunfado una reforma en la buena dirección, hacia el desmantelamiento del Estado, salvo en circunstancias muy aciagas o de desastre social.
ALEMANIA
EL NACIMIENTO DE LA ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO
Tenemos el caso más conocido que es el triunfo de la economía de mercado, la economía social de mercado, en la Alemania posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Alemania absolutamente destruida por los bombardeos, una situación de agobio, todas las ciudades convertidas en escombros, tiraron millones de toneladas de bombas, los aliados sobre Alemania, y había una escasez generalizada de todos los bienes de primera necesidad; pan, mantequilla patatas y hambre física, y entonces a las potencias ocupantes solo se les ocurrió, asesorados por sus expertos ingenieros sociales, establecer precios máximos y cartillas de racionamiento.
Pues bien, se dio la circunstancia puramente casual, de que los ocupantes norteamericanos sacaron de su granja a un alemán que estaba oculto en el sótano, se llamaba Konrad Adenauer. Y ¿por qué le eligieron? porque había sido uno de los pocos que antes de la guerra, llegó a alcalde creo, de Munich, que se opuso a Hitler, pero luego se retiró de la política.
Pues le sacaron del sótano, él aterrorizado pensó que los americanos lo iban a fusilar y resulta que no, le dijeron te vamos a poner al frente. Esto es lo único que hicieron bien en la ocupación: tú eres cristiano, demócrata, y venga, monta la democracia aquí, y así fue.
Adenauer pues monta su gobierno y a ¿quién elige de ministro de economía? A un amigo suyo que se llamaba Ludwig Erhard, que había sido alumno de von Misses, el autor de nuestro libro de texto.

Y Erhard se sabía la teoría, entonces en un fin de semana le convence a Adenauer, le dice que todo lo que están haciendo las potencias ocupantes, es una locura, y que lo que hay que hacer es una reforma radical, un golpe de timón, terapia de shock absoluta. Y promulgan un decreto que sale publicado a las 8 de la mañana del lunes siguiente que dice en artículo único:
En la República Federal de Alemania, quedan eliminados todos los precios máximos, mínimos, toda la intervención y todas las cartillas de razonamiento.
Cuando los generales de las potencias ocupantes reciben el artículo, la anécdota es que, al general norteamericano, vamos, se le cayó el café, vomitó, inmediatamente apretó un botón, reunió a los otros, que vengan aquí a Adenauer y Erhard y les dicen: ¿están ustedes absolutamente locos? ¡No tenían autoridad para hacer esto! Vamos a cesarles, solo hay una posibilidad de que se salven, que mañana hagan otro decreto anulando el que acaban de publicar hoy.
Dice Erhard en sus memorias, que estaba el pobre recibiendo toda la regañina con los dedos cruzados y diciéndose para así dentro, virgencita que la teoría económica funcione, virgencita que la teoría económica funcione, virgencita que la teoría económica funcione, y ¿sabes qué pasó?
Ese lunes cuando los alemanes, en su país destruido leyeron el decreto que se había liberalizado todo de golpe, debajo de las piedras, de los escombros, de todas las ciudades alemanas, se montaron innumerables mercados espontáneos llenos a rebosar de patatas, cebollas, leche, pan y fue tan obvio que se lo tuvieron que envainar las potencias ocupantes.
Ahí fue el comienzo del llamado milagro económico alemán, en alemán: ¡WUNDERBAR!!! Maravilloso.
¿Cómo se pudo tomar una medida de liberalización tan radical? Porque el país estaba hundido, una situación de una tragedia tremenda.
Seguirá con una segunda parte. Lampadia