Por: Patricia Juárez
El Comercio, 24 de noviembre del 2023
“Contar con autoridades novatas que no conocen cómo invertir o ejecutar su presupuesto tiene un impacto negativo”.
La aprobación en primera votación del retorno a la bicameralidad incluye la restauración de la reelección inmediata, la que será de aplicación para senadores y diputados. Existe un consenso académico y político sobre la importancia de la bicameralidad para la mejora de nuestro sistema democrático; sin embargo, parece que la reelección parlamentaria no es del agrado de ciertos sectores que quizás olvidan la importancia de esta institución.
La reelección parlamentaria no es automática, sino que brinda a la ciudadanía la posibilidad de decidir si reelige o no a sus representantes al Congreso. Contar con este mecanismo supone restaurar el vínculo entre congresistas y electores, pues permite que los ciudadanos premien o castiguen una labor parlamentaria. Sin reelección, el lazo entre los parlamentarios y sus votantes se ve muy debilitado o incluso puede romperse, a tal punto que la ciudadanía no puede exigir una rendición de cuentas a quien recibió su voto. Sin reelección no es posible conseguir una verdadera relación entre representantes y representados.
Contar con parlamentarios experimentados contribuye a la profesionalización del Congreso, lo que no solo disminuye el tiempo de aprendizaje de los nuevos congresistas, sino que impacta en la institucionalización. Así, contar con un número de congresistas con experiencia permite una mayor solidez del Congreso frente a agentes externos que pretendan desestabilizar la labor parlamentaria. Es importante señalar que la labor congresal no es tarea fácil, pues requiere experiencia y dedicación, por lo que resulta conveniente para la institución contar con legisladores aptos para la labor, un aspecto que influye directamente en la dinámica de las cámaras legislativas.
Estos son algunos de los argumentos que permiten afirmar que la restitución de la reelección parlamentaria inmediata, acompañada de la bicameralidad y de algunas reformas electorales, contribuirá con la tan ansiada mejora de nuestro sistema político.
Por otro lado, la Comisión de Constitución ha aprobado un dictamen que restituye la reelección –por un solo período– para gobernadores y alcaldes. El impedimento de la reelección fue aprobado en el 2015, argumentándose que dichas autoridades se veían implicadas en denuncias de corrupción. No obstante, lo cierto es que el Congreso de entonces debió evaluar el impacto que tendría esta reforma para la gestión municipal y regional.
Tal como lo señaló la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política (2019), la reelección inmediata de alcaldes y gobernadores puede permitir la continuidad de buenas gestiones y políticas públicas. Y es que contar con autoridades novatas que no conocen cómo invertir o ejecutar su presupuesto tiene un impacto negativo en la mejora o implementación de los servicios públicos.
Teniendo en cuenta que la tasa de reelección ha sido baja, habilitar la reelección significa que la ciudadanía evalúa la gestión de sus alcaldes y gobernadores, a quienes, finalmente, premia o castiga con su voto. De ser necesario, se debe aprobar reformas que aseguren la idoneidad de estas autoridades.