Pablo Bustamante Pardo
Expresidente de IPAE
Director de Lampadia
El lunes pasado agradecimos a los que colaboran con Lampadia; ya sea trabajando, publicando mensajes coherentes con nuestra misión, leyendo nuestros posts, participando con sus comentarios en nuestras redes sociales, o aportando recursos económicos; no tenemos nada de que quejarnos.
Pero siempre hemos reclamado un mayor compromiso y el apoyo de los gremios empresariales, de las mismas empresas y de lo que queda de la clase dirigente, en la difusión, directa o indirecta, de las ideas que sustentan nuestra economía de mercado y nuestra democracia liberal.
En esa misma línea, Javier Milei, el candidato liberal a la presidencia de Argentina, lo expresa con toda claridad. Veamos un pasaje de la reciente entrevista de Jaime Bayly a Milei (glosada por Lampadia):
Bayly entrevista a Milei
Lástima que tantos artistas sean de izquierda, ¿no?
Bueno, pero eso no es casual.
¿Cuál es tu explicación?
Gramsci, Gramsci, que decía que para meter el socialismo dentro de la sociedad vos qué tenías que tomar la educación (fíjate cómo tomaron la educación), tomar los medios de comunicación y captar a los artistas.
Claro la cultura popular
Exactamente, entonces una de las cosas que los liberales hemos reconocido en la batalla cultural, lo primero que tenés que reconocer, es que perdimos.
Esto es muy interesante porque si no reconocemos que perdimos, no podemos corregir. Entonces uno creyó que con la caída del muro de Berlín todo había terminado, entonces nosotros no dimos la batalla cultural, y ellos sí.
Ellos tomaron el posmarxismo lo llevaron al Foro de San Pablo, por más que las motivación de Castro era que se había quedado sin plata, necesitaba vivir a alguien, pero más allá de eso, la construcción cultural que hicieron fue genial.
Fíjate la cantidad de gobiernos que tuvieron, tuvieron cuatro gobiernos en Argentina, tuvieron a Pepe Mujica, Tabaré Vásquez en Uruguay, a Boric, a Bachelet, a Lago en Chile, en Perú digamos a este hombre Castillo, en Brasil Lula, Dilma Rousseff, no solo eso, en Paraguay tuvieron a Lugo, en Bolivia Evo Morales. Ahora tienen Petro en Colombia, tienen en Venezuela, primero a Chávez, después a Maduro, en México a López Obrador, en España a Sánchez, y antes a Zapatero.
Entonces hay algo que todavía es mucho más grave, porque si te ganó con las ideas mejores bueno, okay, tenemos que hacer un resetting de ideas, pero nosotros tenemos mejores ideas y aún así nos ganaron, pero nos ganaron porque nosotros creíamos que con la evidencia, que era tan contundente, era suficiente.
Que la batalla estaba ganada, que no había que pelearla
Claro y nos contentamos. Me enteré el otro día de la doctrina Miley, entonces dije, a ver qué hice o sea cuál es la nueva macana que hice y sucede que yo lo que hice es una reflexión sobre la idea de Milton Friedman, de la responsabilidad social del empresario.
Es decir, la realidad es que si un empresario gana dinero, como lo hace sirviendo al prójimo, como viene de mejor calidad, un mejor precio, es un benefactor social, claro, pero eso es cierto Sí y solo si, vos tenés una economía de Libre Mercado, si vos no tenés al Estado interfiriendo, si voz no tenés a la izquierda metiéndose a manipular las manijas.
Lo que digo es: si vos “empresario” no te involucras en financiar la batalla cultural y tener a los pensadores que peleen contra los del otro lado, (los socialistas no tienen ningún problema de vivir del Estado), entonces ¿qué es lo que pasa?
Vos crees que solo con ganar plata está bien, y lo que te vas a dar cuenta es que tu capital va a estar en riesgo porque nadie te lo va a defender, entonces vos necesitas comprarte un seguro o invertir en defensa financiando los intelectuales de que defiendan las ideas de la libertad.
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Para participar en política no hay que ser alcalde o congresista, solo hay que apoyar a los que desde la vertiente intelectual, académica o mediática, tienen la vocación de hacerlo. El costo de no involucrarse en la política es, en el mejor de los casos, un desarrollo mediocre, por debajo de tus capacidades.
El caso del Perú es dramático, pues nuestro potencial de desarrollo integral (económico, social e institucional) es inmenso. La posibilidad de tener una nación exitosa, con el aporte de nuestra gente, trabajadora, creativa y resiliente; aprovechando nuestros recursos naturales, es prácticamente infinita para 30 millones de peruanos en uno de los mejores territorios del planeta. Lampadia