Por: Juan Stoessel
Perú21, 8 de octubre del 2023
“Para hacer de Cusco la segunda gran puerta de entrada al Perú, hay obras que deben priorizarse urgentemente”.
La región sur es nuestro mayor polo turístico. Es un circuito potentísimo, que atrae al 85% de extranjeros que visitan nuestro país. Con tremendos números, hay condiciones de sobra para que el sur se convierta en un gran hub regional.
Existe una fórmula probada y comprobada: a más conectividad, más turismo. Por eso celebramos que se hayan reanudado los vuelos directos Santiago de Chile – Cusco, que fueron interrumpidos desde las protestas de inicios de año. Próximamente tendremos vuelos Bogotá – Cusco y La Paz – Cusco. Cada nuevo vuelo tiene el potencial de captar hasta 20,000 a 25,000 pasajeros adicionales por año. Sumemos que en dos años estará operando el nuevo aeropuerto de Chinchero, una megaobra de infraestructura que hará posible recibir más vuelos de Centro y Sudamérica. ¿Se imaginan la dinamización que traería conectar Cusco con Panamá? ¿O tener vuelos Guayaquil – Cusco, captando a los turistas que viajan a Galápagos? ¿Qué tal Iguazú – Cusco? Sin mencionar que, además, conectaríamos Cusco, por vía aérea, con los circuitos turísticos del centro y norte del Perú, aprovechando la tracción del sur en pro de incrementar el flujo a otros destinos.
Sin embargo, para hacer de Cusco la segunda gran puerta de entrada al Perú, hay obras que deben priorizarse urgentemente. El acceso de Chinchero a la ciudad de Cusco es un embudo. Se necesita construir una nueva carretera y vía férrea. El reordenamiento de Machu Picchu es clave para incrementar visitas sin afectar la llaqta. Asimismo, toca definir qué hacer con el Velasco Astete. Algunos piden que Cusco tenga dos aeropuertos. Esto sería antitécnico. Operar dos aeropuertos implica costos altísimos. Sería un imperdonable derroche de recursos, que se usarían mejor cubriendo otras necesidades. Lo ideal es convertirlo en un gran parque, que sea el pulmón de la ciudad para beneficio de todos los cusqueños.
Tema aparte. Recientemente alertamos sobre el impacto negativo para el turismo que tuvo la declaratoria de emergencia en San Juan de Lurigancho y San Martín de Porres. Ahora la presidenta declara en emergencia el Cercado de Lima. Esto solo alarmará a los turistas, quienes interpretarán que la capital está en emergencia. ¡Ningún extranjero entiende la diferencia entre Cercado y Lima! Por un lado, el ministro del sector anuncia esfuerzos para llegar a 2.5 millones de turistas este año (por cierto, una cifra bajísma vs. prepandemia); por el otro, nos metemos esta zancadilla populista. Esto no es una solución sino un problema. Confiamos en que se imponga la sensatez.