Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 28 de setiembre del 2023
“Siempre admiraré a los valientes, más aún en un país de cobardes como el nuestro. Luis Gamarra Otero es uno de ellos, un bravo que enfrentó a Velasco desde la presidencia de la Sociedad Nacional Agraria…”.
-Faltan cárceles y sobra el hacinamiento. No sé qué esperan para reabrir El Frontón y San Jorge, dos prisiones que estarían listas en un trimestre y que juntas podrían albergar unos mil reclusos. El Poder Judicial tiene abandonado a San Jorge desde hace seis años, así que lo devuelva ya. Y en El Frontón se podría aislar al hampa venezolana.
-Me cuentan que Augusto (bostezo) Townsend se ha metido conmigo gratuitamente. Augusto (bostezo) tiene un “Comité de Lectura” (bostezo), pero parece que no sabe leer bien: Cerrón sigue siendo para mí un rojo peligroso, pero por eso no puedo dejar de aplaudir esa magnífica pieza suya sobre los caviares, como también reconocer que es un tipo coherente respecto a esa creencia mariateguista de que es preferible tratar con derechistas que con caviares. ¡Ay, no es mi culpa que el buen Augusto (bostezo) no haya leído “Defensa del marxismo” de JCM para que se entere de lo rojo que era, tan rojo y anticaviar como Cerrón! El buen Augusto (bostezo) es tan soso que ni a caviar llega y te duerme más que un Xánax o la mosca tse-tse. Hasta los aburridos y previsibles AAR y Raúl Tola parecen Mick Jagger y Keith Richards al lado de Augusto (bostezo), sinónimo de narcolepsia.
-Siempre admiraré a los valientes, más aún en un país de cobardes como el nuestro. Luis Gamarra Otero es uno de ellos, un bravo que enfrentó a Velasco desde la presidencia de la Sociedad Nacional Agraria (hasta que el dictador disolvió ese gremio), tal como Raimundo Duharte lo hizo entonces desde la SNI (por lo que fue exilado). A sus muchos abriles, Gamarra Otero nos acaba de regalar un libro sobre ese gran empresario y ministro que fue Emilio Guimoye, otra víctima de Velasco y de su ministro Jorge Barandiarán Pagador. Recomiendo leer su Emilio Guimoye, un peruano ejemplar. Recomiendo también El tren de la codicia de Elizabeth Ingunza, que presenté en Madrid y es interesante, con toda esa historia familiar, política y económica basada en los trenes peruanos de Tarapacá.