Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 24 de julio de 2023
Para Lampadia
El Gobierno acaba de crear – con bombos y platillos – la nueva Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN). A simple vista, parecería que se trata de una decisión acertada.
¡Cómo no podría ser acertada una decisión que corrija el fracaso estrepitoso de los proyectos de infraestructura del Estado, la mayoría los cuales, ligados a actos de corrupción, coimas y sobornos, paralizaciones y abandonos, juicios y arbitrajes, elefantes blancos, monumentos ridículos, y muchos etcéteras más!
Pero no. El problema es que la cosa no es así.
La fallida Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), queda.
Los antros de corrupción PROVIAS Nacional y PROVIAS Descentralizado, quedan.
Los buenos para nada Programa Nacional de Inversiones en Salud (PRONIS) y Programa Nacional de Infraestructura Educativa (PRONIED) quedan.
Las Direcciones Regionales y Locales de Infraestructura – que enriquecieron a miles de Gobernadores Regionales y Alcaldes – también quedan.
O sea, todo queda tal cual. Sólo que, a partir de ahora, se suma la ANIN. O sea, aumentamos el tamaño del aparato estatal y lo complicamos más… más de lo que está. Lejos de despolitizar al Estado, profesionalizarlo y hacerlo más eficiente – una vez más – optamos por multiplicarlo y burocratizarlo, en vez de ir por la absorción, fusión o disolución de instituciones probadamente corruptas e inoperantes.
Por otro lado, la ANIN no será autónoma. Al contrario, la ANIN dependerá de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). O sea, será tan política como la PCM de turno.
Para entender mejor el problema, recordemos ¿quiénes fueron los últimos Presidentes del Consejo de Ministros, y cuánto tiempo duraron en el cargo?
Bueno pues, ahí va la respuesta: Guido Bellido (2 meses), Mirtha Vásquez (4 meses), Héctor Valer (7 días), Aníbal Torres (10 meses), Betssy Chávez (13 días), Pedro Angulo (11 días), Alberto Otárola (lleva 7 meses). ¡7 Presidentes del Consejo de Ministros en menos de 2 años! ¿Alguien en su sano juicio cree que la ANIN – la nueva dependencia de la PCM – va a funcionar? ¡Imposible!
Para muchos peruanos, lo primero que sentimos cuando nos mencionan la palabra ESTADO es clientelismo político, burocracia a más no poder, consultorías por doquier, corrupción… Y lo que es peor, cero eficacia.
Ahora, de acuerdo a lo anunciado por el Ministro Alberto Otárola, la ANIN no absorberá a la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios. O sea, la fallida ARCC, no desaparecerá. Coexistirá junto con la nueva ANIN. Además – tal como ha aclarado el propio Premier Otárola – la ANIN trabajará con la rectoría de los ministerios correspondientes y con los gobiernos regionales y los alcaldes de todo el país. Es decir, la ANIN coordinará con las mismas instituciones y con los mismos funcionarios responsables del fracaso de la reconstrucción de los daños causados por El Niño Costero 2017. En otras palabras, estamos ante más de lo mismo.
La politiquería va a estar de plácemes en la ANIN. Toda la burocracia de la ARCC, PROVIAS Nacional, PROVIAS Descentralizado, PRONIS, PRONIED, más todas las Direcciones Regionales y Municipales de Infraestructura – miles de burócratas que hicieron poco o nada durante los últimos años – seguirán trabajando en el Estado.
¿Qué va a pasar, a continuación? Pues, lo de siempre. Cientos – mejor dicho, miles – de nuevos burócratas ingresarán a trabajar a la ANIN. O sea, más burocracia estatal, aún. Más clientelismo político. Más costra del quinto nivel que todo lo traba, y que no hace nada productivo. Más gasto público. Más corrupción. Más ineficiencia.
¡Oh políticos mediocres… cuándo entenderán que el problema del Estado no es nominal! El problema es funcional. Incluso, funcional en lo operativo, no en lo declarativo. Porque en lo declarativo, vaya que las funciones de la ANIN son loables: construir, operar, servir, ayudar, ahorrar… ¡una maravilla!
¿Por qué no replicar – en la ANIN – el exitoso modelo institucional del Banco Central de Reserva (BCR)? Es decir, autonomía de verdad, independencia política de verdad, profesionalismo de verdad, meritocracia de verdad y todo lo demás. Ver en Lampadia: Una nueva descentralización.
Pero no. Para muchos políticos de nuestro país, eso es como pedirle peras al olmo. Nuestros políticos – la gran mayoría – están en otra. A ellos sólo los seduce la diosa coima. Nada que ver con servir a la población.
Nuestros políticos no entienden que servir a la ciudadanía – desde el Estado o desde cualquier institución de la sociedad civil – implica profesionalismo, remuneraciones adecuadas, bonificaciones por cumplimiento de metas, especialización y experiencia, integridad y responsabilidad, compromiso y motivación, vocación de servicio, innovación y creatividad, tecnología, disciplina, continuidad laboral, etc. Pero no, no entienden. O no quieren entender… que es lo mismo.
CONCLUSION: haber creado la ANIN será como gastar pólvora en gallinazo. Lamentablemente, no debemos esperar nada bueno de la ANIN… más allá de más burocracia, más gasto, más inoperancia, y más corrupción. En síntesis, más pobreza para más peruanos.
Así las cosas, la ANIN… a ningún buen puerto nos llevará. ¡Una lástima! Lampadia