Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
Para nadie es un secreto que nuestra regionalización nació mal y que se ha convertido en un acto fallido. No vale la pena recordar las circunstancias bajo las cuales se decretó y ejecutó, pero las dos décadas de su vigencia han dado prueba suficiente de su mal diseño, falta de planeamiento y peor ejecución, dando paso a la “Torre de Babel” en que hoy se ha convertido el Perú.
Hemos llegado a situaciones extremas en ciertas regiones del país, donde no hay real presencia del Estado, ni su autoridad. Esto demanda una efectiva “peruanización” del territorio.
A la luz del comportamiento poblacional que podemos observar en ciertos países europeos, muy parecido a lo vivido entre diciembre y febrero pasados en Perú, es claro que estamos prontos a llegar a situaciones similares. En ciertas partes del país, tenemos ciudadanos peruanos, nacidos en el Perú, pero que no se sienten peruanos. Si esta tendencia continúa, puede ser un problema sin solución y si no revertimos rápidamente y con la firmeza que esta situación de descontrol al límite demanda, será una constante fuente de conflicto.
Creo que este problema requiere de un proceso que nos permita construir alguna solución, empezando por la “peruanización” de todo el territorio nacional y asegurarnos que todos los peruanos rememos en la misma dirección. Caso contrario, si todos los peruanos y nuestras autoridades, no estamos en capacidad de poner esto en orden, por doloroso que sea, debemos pensar seriamente en la desafiliación de esos pueblos y territorios. No tiene ningún sentido reclamar como país, una integración e integridad de pueblos y territorios, si no estamos dispuestos, ni preparados para manejarlos y controlarlos con autoridad. Debemos tener presente que, por no tomar control de esos pueblos, estamos permitiendo que las mafias los controlen.
A renglón seguido, debemos convencernos de que la regionalización, tal como está instaurada, no funciona, ni funcionará jamás. Consecuentemente, debemos cambiar su rumbo y definirla nuevamente. Para esto, será necesario dar un paso atrás e iniciar un proceso de rediseño de la regionalización y establecimiento de competencias, a ser implementado dentro de un esquema de gradualidad. Las autoridades regionales elegidas deberían empezar por plantear a su ciudadanía la visión de su región, establecer en concordancia con el gobierno nacional, qué actividades económicas realizarán, qué infraestructura se requerirá, qué condiciones de vida se dará a su población y qué proyectos deben ejecutarse para que esa región tenga un desarrollo humano adecuado.
Cada región debe saber, que es parte integrante de un conjunto nacional integral y que debe ocuparse, gradualmente, de resolver los problemas de gestión de su población, nutrición de madres gestantes, control y combate de la anemia infantil y la desnutrición en su territorio. En una segunda etapa, deberán ocuparse de la construcción de infraestructura urbana de agua potable, redes de desagüe y plantas de tratamiento de aguas residuales, para finalmente acceder al manejo de la salud y la educación, bajo los parámetros y estándares fijados por la autoridad nacional. Obviamente, las tareas serían gradualmente transferidas del gobierno nacional a los regionales.
Los gobiernos regionales no deben ser únicamente una ventanilla de pagos, ellos son quienes deben plantear y justificar los requerimientos de infraestructura en sus regiones, ser conscientes de las rentas propias de su región y por lo tanto, de la forma y tiempo en que se deben ejecutar las obras.
Los gobiernos regionales deben estar claramente alineados con los objetivos, planes y proyectos de alcance nacional. Los gobernadores regionales deben estar sujetos a las normas de la Contraloría General de la República y al control político del Congreso.
Los peruanos debemos darnos una real oportunidad de regionalización, pero esta debe ser bien pensada, planeada y ejecutada, dentro de un concepto de integridad y unidad nacional.
¡Los que no se sientan peruanos, se pueden ir! Lampadia