Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 18 de Mayo del 2023
No han faltado los ignorantes y los malintencionados que han buscado confundir al resto, igualando el fallido intento golpista de Castillo con esta “muerte cruzada” que Lasso ha invocado en Ecuador. Mientras que Castillo pretendía salirse del libreto constitucional para atornillarse en una suerte de dictador, Lasso se ha apegado a su Constitución y más bien va a dejar el poder junto a su Congreso y va a gobernar brevemente de ahora en adelante por decretos controlados por su versión local de nuestro Tribunal Constitucional.
Lasso ha sido víctima de la alianza del correísmo con la izquierda indigenista y una derecha politiquera ciega, además de su ingenuidad e incompetencia. Fue uno más de estos presidentes que son elegidos para gobernar enérgicamente como derechistas y no lo hacen, lo que en España llaman “la derechita cobarde”, esa que termina caviaronoide y débil por acomplejadamente sensible frente a las críticas “progres”’; al final quieren agradar a todos y terminan no agradando a nadie. Aquí tuvimos a PPK como el mejor ejemplo de eso, así como a Piñera y Duque en Chile y Colombia (Bolsonaro o Boris Johnson son distintos. Serían más bien unas derechas que por torpes y no por cobardes no hicieron muchísimo más teniendo la oportunidad).
Sin conocer a fondo la política ecuatoriana, creo que Lasso debió renunciar en favor de su vicepresidente, pues lo que me temo es que estas elecciones le van a abrir las puertas al regreso de Correa al poder, que ya el correísmo acaba de arrasar en las recientes elecciones ediles y regionales, además que hasta la burguesía extraña la estabilidad que les daba el autoritarismo correísta. Si bien Correa tiene varios procesos que le impiden volver y candidatear, lo más probable es que se busque a su Cámpora como hizo Perón en los 70: un candidato fantoche ganador, que vuelve a convocar elecciones para que su jefe vuelva. Parafraseando el slogan argentino de la época, sería otro “Fulano (Cámpora) al gobierno, Perón (Correa) al poder”.