El gobierno regional no hizo mantenimiento
Jaime de Althaus
Para Lampadia
A propósito de las inundaciones en Piura, hay un hecho muy importante que no se conoce. Y es que para prevenir el Niño de 1997 se construyeron e instalaron en la ciudad de Piura 5 cámaras de bombeo de drenaje pluvial, cada una con dos a cuatro bombas según el caso, algunas de las cuales con una capacidad de 200 litros por segundo.
Estas bombas evacuan a unos drenes que llevan al río el agua que se empoza en unas piscinas que se construyeron en las llamadas “cuencas ciegas”, zonas relativamente más hundidas de la ciudad que se inundan cuando llueve.
Cuatro de esas cinco cámaras de bombeo estaban a cargo del gobierno regional de Piura y una de la municipalidad provincial.
Pues bien, ocurre que, según un informe al que ha tenido acceso Lampadia, ese sistema de drenaje pluvial simplemente no funcionó para atender la emergencia de las lluvias acumuladas en el reciente fenómeno, por la sencilla razón de que las cámaras de bombeo no fueron mantenidas por el gobierno regional ni por la municipalidad en los últimos 25 años.
La mayor parte de las bombas no operaban, las que funcionaban lo hacían con baja capacidad, los drenes estaban interrumpidos y hasta parcelados, y las pozas inutilizadas. En suma, no se pudo usar el sistema para evacuar el agua.
Dos conclusiones:
- No es verdad que no haya habido prevención. Para el Niño del 97-98 se construyeron 4 de estas 5 cámaras de Bombeo. Pero fueron abandonadas. Lo que no hubo es mantenimiento.
- Se confirma una vez más, de manera clamorosa, que la descentralización y regionalización no funcionan.
Se requiere una reforma profunda en la línea que Lampadia y Fernando Cillóniz han propuesto en varias ocasiones. No se puede jugar así con los recursos, la economía y la vida de las personas.
A esto debe añadirse que, según nos informan, todas las obras de agua y desagüe de los últimos años en Piura están paralizadas. Es un desastre.
Los gobiernos regionales no le rinden cuenta a nadie. Ni siquiera tienen una base de contribuyentes fiscalizadores. Y lo increíble es que el ministerio de Vivienda, por ejemplo, no puede contratar personal para atender la emergencia debido a la ley CAS que prohibió esta modalidad y nombró a ese personal con estabilidad absoluta. El Estado peruano requiere una reingeniería profunda. Lampadia