Por: Juan Fernando Correa
Perú21, 22 de Abril del 2023
“Sacar a un infante de la anemia no es complejo. Se requiere educar, sensibilizar y brindar los refuerzos nutricionales adecuados. Hay diversas acciones desde el estado y el sector privado para atacar este problema, pero no tenemos éxito”.
Esta semana, el INEI ha publicado los datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar sobre la anemia infantil por déficit de hierro. Los resultados son muy malos. El porcentaje de niños menores de tres años afectados por anemia subió de 38.8% en 2021 a 42.4% en 2022. Este es un problema grave, porque afecta el desarrollo de los niños en el corto y largo plazo a nivel físico, cognitivo y de relacionamiento.
Al nacer un bebé, el tamaño de su cerebro es aproximadamente el 25% del tamaño que tendrá en pleno desarrollo. A los 3 años, el cerebro alcanza el 85%. Es decir, en esos 36 meses el cambio más importante y determinante para el futuro del niño es el desarrollo de su cerebro. En ese proceso se multiplican de manera exponencial las conexiones neuronales que determinarán la capacidad final de la persona. Y es la presencia de hierro en la sangre lo que determina el nivel del desarrollo cerebral del bebé.
Un bebé con anemia por déficit de hierro verá afectada su vida. No podemos aceptar vivir en un país con 42% de anemia infantil. Sacar a un infante de la anemia no es complejo. Se requiere educar, sensibilizar y brindar los refuerzos nutricionales adecuados. Hay diversas acciones desde el estado y el sector privado para atacar este problema, pero no tenemos éxito.
Esta situación solo cambiará si decidimos enfrentarla en conjunto como sociedad. Desde el sector privado podemos impactar positivamente. Lo primero, es asegurar que los hijos de nuestros trabajadores no caigan en anemia. Súmate a “Empresa Anemia Cero” de Peruanos por Peruanos. Lo segundo, exigir y acompañar al estado a que ejecute el Plan Nacional de Lucha Contra la Anemia. Sí se puede.