Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
Hace poco se ha presentado un proyecto de ley, para que las fuerzas armadas (FFAA) reciban y mantengan en custodia una copia del acta electoral y las cédulas de votación. No puede más que llamarnos la atención, la reacción inmediata del Pleno del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), indicando que no hay justificación para que las FFAA guarden bajo protección el material electoral. Agregaron que esto podría representar una intervención gubernamental en el proceso electoral, lo que incrementaría la desconfianza en los resultados. Y argumentan, que los miembros de las FFAA y PNP también votan y “no resulta conveniente que un número de electores tenga en su poder un material electoral crítico para el cómputo de votos”.
No es coincidencia que ésta sea la misma reacción de algunos representantes de la izquierda, quienes quisieran, que el próximo proceso de elecciones esté a cargo de la misma gente que hoy controla el sistema electoral.
Pero veamos lo importante.
Por alguna razón que debiera aclararse, se dispuso que las actas electorales reemplazaran a las cédulas de votación, las mismas que se debían destruir.
Simultáneamente, se dejó sin efecto la entrega de una copia de las actas a las FFAA y se restringió la presencia de las FFAA y PNP, al cuidado y protección de los exteriores de los locales de votación, sin ninguna verificación del comportamiento y conducción de los miembros de mesa ni de los personeros de los partidos y, obviamente, del escrupuloso manejo y escrutinio de las actas.
No tengo duda que en la mayoría de locales de votación, el proceso ha sido el adecuado. Pero no tengo tampoco mayores dudas, de que, en lugares más o menos remotos, con poca presencia del Estado y donde están enquistadas mafias locales de tráfico de drogas, minería ilegal, contrabando, trata de personas, tráfico de terrenos, entre otros, que además sabemos, financian con dinero ilegal las campañas de mafiosos convertidos en candidatos, que están dispuestos a cualquier cosa con tal de ganar las elecciones y así seguir haciendo crecer sus actividades ilegales.
Veamos si no el vergonzoso, pero revelador acto de ofensa a la Bandera Nacional y al Ejército Peruano, ocurrido en Desaguadero (Puno) el domingo 16 de abril, cuando la población azuzada por sus dirigentes, impidió la ceremonia de izamiento del Pabellón en la Plaza de Armas de la localidad. Si esto hacen con una ceremonia pública, qué no harán a solas con el manejo de las cédulas de votación y actas en un proceso electoral.
Por otro lado, argüir que, en tanto los miembros de las FFAA y PNP votan, no es conveniente que mantengan en custodia una copia de las actas y las cédulas de votación, no tiene ningún sustento. El mismo argumento se podría aplicar a los miembros de todo el sistema electoral que, de facto, tendrían que quedar impedidos de votar.
Por otro lado, todo el manejo poco transparente (por decir lo menos) del último proceso electoral, obliga a revisar todos los procedimientos, así:
- No debería darse inicio al proceso electoral, sin contar con el 100% de los miembros del JNE representantes de todas las instituciones que lo constituyen, responsables de definir la pulcritud del acto electoral, el conteo de los votos y garantizar la veracidad de los resultados.
- Ya en las últimas elecciones presidenciales, ocurrió que ni siquiera se permitió revisar la veracidad de las actas y la autenticidad de las firmas.
- El procedimiento planteado de entregar una copia de las actas y mantener de manera lacrada las cédulas de votación, permitiría el último recurso de verificación de la voluntad popular en las elecciones.
En el Perú de hoy, nadie confía en nadie y, esa es la principal razón por la que se debe tratar de despejar cualquier asomo de duda.
Los peruanos venimos sufriendo un ataque multinacional, tendiente a imponernos una corriente de pensamiento distinta a la predominante en nuestro país. Los peruanos demócratas, republicanos y libertarios, estamos recibiendo el ataque de los países miembros del Foro de Sao Paulo, explicitado por las acciones, mensajes y actitudes de presidentes y ex presidentes de México, Venezuela, Colombia, Argentina, Bolivia y Chile, entre otros, para desestabilizar a nuestra patria con actitudes injerencistas.
Por todo lo anterior y, especialmente después de los 16 meses de un gobierno que trató, a toda costa, de implantar divisionismo y odio entre peruanos, es que debemos ser muy escrupulosos en el manejo de los procesos electorales, conteo de votos y agotar todas las acciones que permitan tener la certeza del resultado de la voluntad popular.
Esperemos que se puedan promulgar los cambios legales y constitucionales mínimos, que aseguren que las próximas elecciones nos den los resultados adecuados y nos abran las puertas del futuro promisorio que nos merecemos.
No permitamos que se nos siga yendo la vida, sin darnos la oportunidad de un gobierno adecuado y representativo.
Es lamentable, pero tener dos presidentes en prisión, uno prófugo y largamente esperado por una celda en el Perú y algunos que, sin explicación, aún no son procesados, nos ha llevado a décadas de oportunidades perdidas, resentimiento popular y una gran destrucción de valor.
Debemos asegurarnos por todos los medios, que las próximas elecciones nos den un resultado indiscutible y, si elegimos mal, nos tengamos que hacer conscientemente responsables de nuestra decisión. Lampadia