Jaime de Althaus
Para Lampadia
Algunos analistas plantean como alternativa para calmar las “protestas” adelantar aún más las elecciones. Pero eso sería ceder a la extorsión violentista de esa alianza entre el Movadef, grupos radicales y economías ilegales, desplazados del poder, que le ha declarado la guerra al orden constitucional y legal del país. Se ha dicho mil veces que las demandas de esos grupos son inviables y abiertamente violatorias del orden institucional. Desconocen que Castillo intentó dar un golpe para cancelar la democracia, que Dina Boluarte es la sucesora constitucional y que, por último, ya se aprobó el adelanto de elecciones en primera votación. Pretenden la liberación de Castillo, la renuncia de Boluarte y el cierre inmediato del congreso.
No se puede ceder ante demandas de esa naturaleza. No solo eso. Ayer se publicó un comunicado firmado por el Comité de Secretaría Macro-Sur que ordena establecer una organización de guerra para llevar adelante la lucha a partir de hoy.
Estas son algunas de ‘sus disposiciones’:
- No se permitirá la presencia de ministros o representantes del gobierno ilegítimo de Boluarte.
- Se sugiere a la población abastecerse de alimentos y combustibles para dos semanas.
- Todo policía o militar infiltrado será capturado y ajusticiado
- Expulsión y detención de miembros de la policía y el ejército que opten por la represión y violencia, así como la identificación de sus familiares.
- En el caso de que haya bajas civiles habrá represalias severas contra los policías locales quienes serán capturados para las denuncias y ejecuciones sumarias por complicidad (ver anexo líneas abajo)
Con esas medidas efectivamente se genera un clima de guerra en la población. Es criminal. Ni en caso de una guerra externa se daría esa clase de directivas, que parecen propias del senderismo. Estos grupos están atacando al Perú, sin reparar por supuesto en que quienes más sufrirán las consecuencias económicas del clima bélico y de los bloqueos y ataques que se realicen, serán los más necesitados, como siempre ocurre con las acciones que dirige la izquierda. El pueblo es la carne de cañón de estos extremistas.
Entonces, repito, no se puede ceder. El gobierno tiene que actuar con inteligencia y firmeza, identificando y deteniendo a los líderes de esta ofensiva insurreccional. También se requiere una campaña comunicacional para explicar quién dio el golpe, por qué Boluarte está en la presidencia y cuáles son las consecuencias de las asonadas para los sectores populares. Y acciones como las marchas por la paz son muy positivas porque envían un mensaje fuerte de condena a la violencia política desde la sociedad sana. En ese sentido, una campaña de voceros de izquierda y algunos bien intencionados cuestionaron que la Policía convocara a una marcha por la paz, argumentando que eso la politizaba porque violaba el artículo 34º de la Constitución, que dice:
Art. 34: Los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional tienen derecho al voto y a la participación ciudadana, regulados por ley. No pueden postular a cargos de elección popular, participar en actividades partidarias o manifestaciones ni realizar actos de proselitismo, mientras no hayan pasado a la situación de retiro, de acuerdo a ley.
Como es obvio, la convocatoria de la Policía no era una actividad partidaria ni proselitista, sino la promoción de actos de rechazo a la violencia para aislar y contener actos delictivos, algo que está dentro de su función tal como se establece en el reglamento de la ley de la Policía (DS 026-2017-IN) que precisa, por ejemplo, que son funciones de la Dirección de Seguridad Ciudadana “promover la participación activa y organizada de la comunidad…que contribuya a mejorar el orden, la tranquilidad, seguridad, respeto de los derechos y el desarrollo integral familiar, posibilitando la convivencia pacífica y la paz social a nivel nacional”.
Es cierto, también, que la Policía está llenando un vacío de los políticos y de la propia sociedad civil. Ya sabemos que nuestros políticos carecen de liderazgo y poder de convocatoria. Es una realidad. Y hubiera sido mejor que “Empresarios Unidos”, que reúne a todos los gremios empresariales de todos los tamaños y que ya se manifestara contra la asamblea constituyente, convocara a la marcha por la paz. No lo hizo, aunque aún está a tiempo de hacerlo para los próximos días. La Policía tuvo la audacia de llenar el vacío. Debimos aplaudirla en lugar de castrarla.
ANEXO: