Jaime Spak
Para Lampadia
La semana pasada nuestro país fue sorprendido por la desafortunada declaración conjunta de Argentina, Colombia, Bolivia y México.
En ella desconocían el relevo constitucional en el Perú y no aceptaban a Dina Boluarte como presidenta constitucional del Perú.
Evidentemente en estos cuatro países, los líderes son gente ligada a la izquierda.
Qué lejos está, cuando Argentina nos agradecía por el apoyo que le brindó Perú durante la guerra de las Malvinas, era el gobierno del presidente Belaunde, incluso con el préstamo de naves Mirage para que puedan defenderse de esta guerra tan desigual.
No hay duda que el jefe de este grupo y principal azuzador ha sido el presidente López Obrador de México, seguido muy de cerca por Petro de Colombia.
Es decir, estos señores han dejado de lado las buenas costumbres diplomáticas y ha prevalecido el alma izquierdista que los hace enceguecerse ante la realidad y la buena convivencia con países de pasados muy parecidos.
Desde que Karl Marx publicara El Capital hace 155 años, la izquierda ha utilizado esta sesquicentenaria publicación para seguir creyendo que la lucha de clases es la que generará los cambios que requiere la población.
En realidad, para que un país pueda progresar, la única receta que ha funcionado es la social democracia, en donde el estado tiene un rol importante en algunos aspectos, pero el sector privado es el motor del crecimiento.
La izquierda ha fracasado en los más importantes países que ha gobernado, pues nunca ha logrado mejorar el nivel de vida de sus poblaciones.
En Rusia luego de más de un siglo de la revolución bolchevique liderada por Lenin, los países que han derivado de la nefasta Unión Soviética la gobiernan líderes con ideas más de derecha que de izquierda.
Putin pretende con su política imperialista, convertir Rusia en la nueva unión soviética.
En Rusia de la pretendida revolución izquierdista no queda nada.
La China, luego del gobierno de Mao, y con los cambios que realizó Deng Xiaoping, a partir de 1978 y por veinte años, el cambio de una política comunista estatista a una especie de capitalismo de estado ha generado un crecimiento económico asombroso.
China se está convirtiendo en uno de los países con mayor crecimiento de las últimas décadas y una de las más grandes potencias mundiales.
Esto no lo hizo ni la izquierda ni el comunismo, otro ejemplo del gran fracaso.
Más cerca de nosotros tenemos el ejemplo de Cuba, que bajo la idea de un gobierno de izquierda radical y el mando de los hermanos Castro, han convertido Cuba en su chacra y llevan más de 60 años siendo los dueños de Cuba.
A pesar de la muerte de Fidel y del relevo de Raúl, aún siguen dominando la escena política con un presidente títere.
Este país no es comunista, es una dictadura de la familia Castro que ha conculcado todas las libertades y que ahora está intentando algunas libertades que no son suficientes para que el heroico pueblo cubano, tenga posibilidades de salir de la pobreza en la cual vive.
Ya no es el país con la mejor medicina y educación, es un país que luego de la negativa de Rusia de seguir apoyándolo y luego de la muerte de Chavez, lo único que exporta es inseguridad a los países amigos.
Sino pregúntenle al gallo Zamora, que es lo que hace como embajador del Perú.
Ni que decir del gobierno de Nicaragua, en donde el matrimonio Ortega, al igual que los Castro en Cuba, se han apropiado de este maravilloso país.
La represión a sus opositores y la nula libertad de prensa son lo que prevalecen hoy en día en Nicaragua.
Puedo seguir con ejemplos como Venezuela, gran país exportador de petróleo que bajo la idea de socialismo del siglo XXI ha empobrecido al país, y ha generado que más de 7 millones hayan tenido que abandonar el país.
Llegamos a la conclusión que no hay país del mundo en donde la izquierda haya tenido éxito en mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Por el contrario, han sido empobrecidos.
Por un lado, tendríamos que comprar a Venezuela, Nicaragua, Argentina, Corea del Norte, Albania, Cuba, con lo que ha sucedido en los países nórdicos o en la misma Europa Oriental que luego de vivir subyugados al régimen soviético hoy son ejemplo de países prósperos.
Pero los ejemplos más extraordinarios se han visto en Singapur y en Corea del Sur, en donde con reglas de juego claras han logrado un desarrollo superlativo.
Con este pequeño análisis creo que está demostrado que la izquierda ha fracasado en todos los países en donde quisieron imponer cambios que nunca fueron aceptados por la población.
En el Perú en el efímero gobierno de Castillo y con los congresistas de Perú Libre, sabemos que a nada bueno se llegara.
Esperemos que, con la sensatez del caso, el congreso apruebe el adelanto de elecciones con el tiempo apropiado para que se puedan realizar los cambios electorales que permitan que nunca más un gobierno improvisado de izquierda nos haga perder casi dos años de progreso.
El Perú con la política liberal y de apoyo a la inversión privada logró rebajar considerablemente la pobreza.
Díganme qué país con política de izquierda lo ha logrado.
Pues ninguno. Lampadia