Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 7 de Diciembre del 2022
“Si el tipo fuera inteligente, hace rato que ha debido asilarse porque la cárcel lo espera tarde o temprano…”.
Hoy miércoles 7 de diciembre, el mismo día del ataque a Pearl Harbor, el Perú enfrenta un momento clave con esta posibilidad de vacar a Castillo y terminar con esta pesadilla de soportar a un corrupto tan ignorante y tan limitado de mandatario. Si el tipo fuera inteligente, hace rato que ha debido asilarse en México, Bolivia o algún otro país amigo, porque la cárcel le espera tarde o temprano y aún tiene margen para organizar una huida. El necio no se percata de que va a acabar como Cristina Kirchner, que ayer no ha podido evitar ser condenada a prisión a pesar de ser una política más experimentada, poderosa y cunda que él, con una máquina detrás como el peronismo.
Pero como es necio, persistirá en un poder que ya es una arena movediza para él. Seguramente hoy el hijo de Chota no se aparecerá por el Congreso (lo que nos ahorrará el martirio de su “oratoria”), ni enviará a su pomposo abogado, dentro de la llorona estrategia de victimización que usa, aunque su letrado Benji Espinoza es aún más figureti que ese Alberto “Kenji” Borea Odría que defendió a PPK en una situación similar y debe de estar muy ansioso de perorar latinazgos en el hemiciclo. Tras esta última revelación de su exjefe de la DINI, lo lógico sería que Castillo fuese vacado. Es que los congresistas que se nieguen a la vacancia pecarían de ser absolutamente estúpidos de pensar de que Castillo no va a cerrar el Congreso de la mano de los recién nombrados Barrantes y Bobbio en Inteligencia y Defensa (o sea, cerebro y músculo para golpear). Con Dina Boluarte por lo menos el horizonte de la sinecura en la curul va a tener un horizonte más amplio.
Lo que sí constato in situ es la casi nula importancia que tiene nuestro país afuera. Aquí en España no se lee ni ve o escucha nada sobre este drama que viene viviendo nuestro país (y eso que es el país europeo que más caso nos hace). No solo pesamos poco, sino que Castillo nos ha hecho aún más irrelevantes.