Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 8 de Noviembre del 2022
“¿La exministra Diana Miloslavich dirá algo? ¿Indira? ¿Glave? Verónika? ¿Aída? ¿Tatiana? ¿Mónica?”.
– Me parece excelente que el Congreso haya votado una ley para que se dicte un curso sobre lo que fue el terrorismo en los colegios y la juventud aprenda lo que sucedió para que esa masacre no se repita. No me llama la atención que la izquierda parlamentaria haya sido la única en votar en contra, pues algunos de ellos aún ven a los emerretistas y a los senderistas como unos simples parientes descarriados. Menos que La República o gentita tipo Sofía Macher se opongan, pues son incorregibles. Tampoco que el Consejo Nacional de Educación, un adorno burocrático inútil presidido por María Amelia Palacios, haya mostrado su disconformidad, dado que el 90% allí son caviares. Pero entre sus consejeros veo a Idel Vexler, Vania Masías y Grover Pango y me sorprende que no hayan protestado o renunciado ante esta posición absurda del CNE. Aquí no hay zona gris: la violencia es intrínseca al marxismo y estos izquierdistas quieren ocultar eso.
– Muy cierta la crítica hecha por Carlos Cabanillas en Caretas a los intelectuales locales que participan en estos días en el Hay Festival de Arequipa: SU país está pasando por una crisis política profunda con este corrupto incapaz y ellos calladitos, encerrados en esta torre de marfil mistiana, felices en su té de tías, mirándose el ombligo, celebrándose dentro de sus argollas y sintiéndose especiales e inteligentísimos en sus cocteles. Lo más gracioso es que precisamente el gobierno de Castillo ha sido el único que no les ha dado ningún financiamiento, a diferencia de los anteriores. Perfecto; no hay que gastar nuestros impuestos en estos pobres diablos.
– Ese bufón atrabiliario y de pésimo castellano llamado Aníbal Torres ha sido un malcriado y un estulto sideral con Sol Carreño, digno de toda condena. ¿La exministra Diana Miloslavich dirá algo? ¿Indira? ¿Glave? Verónika? ¿Aída? ¿Tatiana? ¿Mónica? ¡Estas son capaces de decirme ahora machista o misógino por reclamar que se pronuncien, pues así se pueden poner de atorrantes! ¡Jua, jua, jua!