Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
Como dice Fernando Claro de la Fundación para el Progreso de Chile, “hay que observar promedios, no casos puntuales” para juzgar los fenómenos sociales y económicos, a diferencia de lo que hacen algunas nuevas estrellas mediáticas del ecosistema de la economía, como Mariana Mazzucato, la popular economista ítalo estadounidense. Ver líneas abajo: Charly García y Mazzucato.
Estas ideas me hacen recordar al típico pensamiento del curita de parroquia, asumido también por varios obispos mediáticos en el Perú, de que acariciando y cuidando el corazón de un único feligrés, se pueden curar los males de la sociedad.
La caridad individual es muy importante, así como el asistencialismo en casos de extrema pobreza, pero los verdaderos líderes de opinión no pueden sucumbir al facilismo de lo políticamente correcto.
Los líderes conscientes tienen que propiciar políticas públicas que creen bienestar general y sostenibilidad, tal como han generado las sociedades que han liberado la iniciativa individual y creado exitosas economías de libre mercado.
Los casos individuales deben ser tratados como tales, con sensibilidad social, pero sin destruir las estructuras de la prosperidad.
Charly García y Mazzucato
Fundación para el Progreso – Chile
Fernando Claro
Publicado en El Mercurio 29.10.2022
Señor director,
Como bien dice su editorial de ayer, Mariana Mazzucato ni siquiera se acerca a ser una científica rigurosa en economía.
Al analizar políticas públicas que examinan consecuencias, sus análisis olvidan lo más básico: hay que observar promedios, no casos puntuales —como son los casos del trillado Corea del Sur, Internet o el Concorde—. En sus libros divulgativos e “informes” defiende, además, sus ideas justamente en estos últimos casos o en análisis que han sido escritos en simples Documentos de Trabajo que no son publicados en revistas donde son revisados —y visados— antes por científicos reales.
En fin, concluir cosas como que las empresas estatales son esencialmente innovadoras es teóricamente errado y, en base a la experiencia revisada, son conclusiones analíticamente iguales a las que llegaría a una persona que quiere ir a bañarse rápido en la piscina del hotel luego de ver cómo Charly García lo hizo al tirarse un piquero desde su pieza: como él le achuntó, hagámoslo todos así, es más rápido y se logra medio a medio.
Además de que sus famosos ejemplos son cuestionables en sí —además de estar llenos de otros problemas—, es bueno tener claro que esta es la forma de pensar y la ciencia que hace efectivamente Mazzucato, en serio. Lampadia