Úrsula Letona
Directora del CIPP
Para Lampadia
“Y así como durante siglos hubo un consenso en torno a que la tierra era plana, en el país prevalece un consenso para no cambiar”.
DENISE DESSER
Jaime de Althaus en una columna publicada hace unos días en El Comercio, ha planteado la necesidad de generar espacios de discusión por parte de las fuerzas políticas opositoras al gobierno, en el propósito de generar una agenda de reconstrucción nacional, que pasaría en esencia por establecer los alcances de las reformas estructurales que urgentemente demanda nuestro país, de lo contrario nos veremos arrastrados hacía el fango, que no sólo nos paraliza en el objetivo de avanzar para alcanzar el desarrollo, sino que además, viene desandando lo que juntos como peruanos hemos construido en los últimos 30 años.
Como bien lo ha expresado Jaime, las reformas implementadas en los años 90 se han agotado, el gobierno instalado actualmente en el sillón de Pizarro ha terminado con el poco impulso que aún disfrutábamos, como fruto de las reformas de los noventa e inicios del 2000.
Las reformas estructurales no solo están identificadas, sino que incluso, están sobre diagnosticadas, con ciertos matices existen diversas propuestas de solución para revertir los males que padece el país, pero ninguno de los gobernantes de la última década ha querido siquiera administrar alguna de las muchas recetas que los expertos han propuesto, posiblemente porque las reformas demandan visión de largo plazo, que implica que los resultados se lograrán sólo en forma parcial en una gestión de gobierno, lo cual en una visión política miope no resultaría atractivo, entre otras tantas razones que podemos listar, como por ejemplo: la incapacidad, aquella que caracteriza de sobre manera al gobierno del señor Castillo.
Siempre será oportuno, sentarse a analizar cuál de las muchas recetas propuestas es la que debería implementarse a efectos de poder armonizar una consensuada propuesta, pero ojo que la discusión, como lo han enfatizado diversos líderes de opinión, no debe ser sólo de especialistas, deben participar muy activamente aquellas autoridades llamadas directamente a implementar las soluciones. tanto en el plano de sus alcances legales, pero también, respecto de su implementación y medición.
Por ello, resulta de absoluta importancia la convocatoria y participación muy activa y comprometida de todas las fuerzas políticas y de los expertos, no es tiempo de excluir sino de unir esfuerzos.
En ese sentido, cabría preguntarnos qué es lo que falta?, aquello que propiamente implica discusión política y consensos, aquellos mecanismos y procesos que deben seguirse para hacer la medición del progreso de las políticas públicas implementadas, logrando establecer el marco necesario para las reformas estructurales, entre tanto, correspondería avanzar en la implementación de algunas propuestas que pueden ayudar con diversos problemas que hoy enfrentamos, como la paralización de la inversión privada, con el enorme perjuicio que deriva de ello, en especial la escasa generación de trabajo formal, y por lo menos, lograr retornar en este plano al 30% de empleo formal, considerando que hoy sólo alcanza el 25% de la PEA.
Este contexto político-social resulta desolador, independientemente de la ideología que abrazamos, vernos envueltos en una situación de crisis no sólo de orden económico o de salud, sino también, en una crisis moral, de absoluta desconfianza generalizada entre peruanos – debido a la polarización-, pero especialmente la solución implica atribuirle responsabilidad a toda la clase política encargada de los destinos del país, conforme lo evidencian los diversos sondeos de percepción sobre su accionar.
En esa línea podemos plantear como punto de inicio para la instalación de la mesa que propone Jaime, diversos propuestas legislativas que aportarían en el objetivo de mitigar los problemas que enfrentamos, especialmente en materia de empleo, salud, educación, seguridad, en tanto logramos generar las propuestas legislativas de las grandes reformas, que sin duda tomarán tiempo, pues hay un espacio académico para el debate y otro político, este último de suma complejidad pero insoslayable para lograr las reformas.
Un punto de partida podría constituir el Proyecto de Ley No. 2411/2021.CR de la Congresista Diana Gonzales de Avanza País, quien propone con acierto una serie de modificaciones al marco regulatorio de Obras por Impuestos, adjuntando data y evidencia sobre las razones que existen para mejorar dicho mecanismo que debería acercar a la empresa privada y al Estado; para ello se propone incorporar un tema relegado y vergonzoso para el Perú, para sus empresarios, para sus autoridades y para todo aquel que piense o sostenga que los niños son el futuro del país: LA LUCHA CONTRA LA ANEMIA.
Sí, efectivamente, la anemia y la desnutrición está quitándole al Perú miles de jóvenes talentosos, niños anémicos abandonados y quienes, a futuro, pasarán a engrosar las cifras de peruanos sub empleados, la famosa mano de obra barata, coadyuvando al incremento de la altísima tasa de informalidad laboral.
Parafraseando a la psicóloga Jennifer Delgado, el miedo a que nuestro país se derrumbe podría terminar siendo una emoción activadora, que nos impulse a la acción, considerando que el gobierno nos ha puesto en alerta sobre el peligro que nos acecha si es que seguimos callados o, mirando al costado. Lampadia