Entrevista a Brett Schilke, Director de Impacto en Singularity University
Por: Renzo Giner Vásquez
El Comercio, 28 de noviembre de 2018
Estudié Psicología Intercultural en la Universidad de Wisconsin-Madison. Soy cocreador del proyecto City X, IDEAco y Appleton Coworking. Además, soy líder del grupo de compromiso sobre la juventud de Futuro del Trabajo del G-20.
El futuro es ahora. Si aún no está convencido, el e ve n to qu e organiza Singularity University el 4 y 5 de diciembre en nuestro país se encargará de hacerlo. En el destacado panel de expertos que participará encontramos al estadounidense Brett Schilke, quien se dedica a imaginar cómo será el futuro de la educación y también a diseñar los mejores caminos a seguir.
—El sistema educativo no avanzó al mismo ritmo que la innovación industrial. ¿Por qué?
Creo que la gran pregunta es cuán adecuadamente estamos preparando a los jóvenes para el futuro. Espero ver un cambio hacia sistemas en los que la educación prepare al estudiante no solo para una carrera de toda la vida, sino que les brinde una serie de habilidades valiosas y comprensión sobre los principales impulsores de cambio. Eso les permitirá adaptarse y reinventarse.
—¿El salón de clases aún está vigente o en qué debería transformarse?
Sin duda el aula sigue siendo válida. Es un sistema del que forman parte millones de personas y es nuestra mejor vía para brindar educación. En lugar de combatir las estructuras ya existentes, prefiero pensar en las aulas como laboratorios con expertos y usuarios ansiosos por experimentar. Entonces, enfoco mis esfuerzos en construir recursos que fortalezcan la experiencia en el salón y en expandirla más allá de los muros de la escuela.
—¿Cómo?
Un salón y el mundo exterior se deben mezclar. Nuevas tecnologías y métodos de aprendizaje pueden rápidamente hacer del aula un lugar incluso más poderoso para aprender. Es la mentalidad de lo que significa el aprendizaje la que debe cambiar.
—¿Cuál sería esa nueva mentalidad?
No se trata de proporcionar datos y hacer exámenes para recordarlos, sino de enseñar a los estudiantes a buscar lo que necesitan en un mundo cargado de información.
—¿Qué habilidades debe desarrollar el estudiante del siglo XXI?
Primero, la habilidad de plantearse qué desea crear para el mundo. Segundo, entender los principales impulsores de cambio –especialmente tecnológicos– y cómo cambiarán lo que quieren crear. Tercero, buscar el conocimiento, discernir los hechos de la ficción y protegerse de la desinformación. Finalmente, perfeccionar habilidades innatas como la comunicación, la compasión o la creatividad. Nos debemos quitar la idea de que debemos ser un técnico o emprendedor para tener éxito en el futuro. Pero debes pensar como un emprendedor y entender la influencia de la tecnología para definir tu propio camino.
—¿Eso buscan con City X?
City X es un curso en el que enseñamos creatividad y resolución de problemas a través del lente de la alfabetización del siglo XXI. Se basa en las tendencias tecnológicas y en los desafíos globales, expone a los jóvenes a la realidad actual y los posibles futuros. Ellos toman el volante e imaginan soluciones para los asuntos más importantes.
—¿Es cierto que educaron al primer ingeniero civil espacial de 11 años?
No exactamente, pero demostramos la realidad del mundo actual de una manera poderosa. Un estudiante nuestro fue seleccionado por Made in Space – la compañía que creó el primer sistema de manufactura en el espacio– para tener un modelo de su invento impreso en gravedad cero a bordo de la Estación Espacial Internacional. Este niño, James Banks, se convirtió en el “ingeniero espacial más joven del mundo” cuando su modelo –que diseñó de forma independiente– fue producido fuera de la Tierra. Fue una experiencia increíble y nos mostró lo rápido que está cambiando el mundo y que nuestro curso no es una historia de ciencia ficción, es un hecho científico. Usualmente, le digo a los estudiantes que es muy posible que en su vida puedan considerar estudiar carreras en otros planetas. A esa velocidad está cambiando nuestro mundo.
—Cuánto hemos subestimado a los niños…
Los niños son extremadamente creativos y absorben todo lo que les enseñes. Ellos no son el problema en la educación, sino el ecosistema alrededor de ellos. Sus padres, maestros y otros adultos que los guían –con la mejor intención– a un camino que funcionó para ellos y su realidad, pero sin entender cómo el mundo está cambiando. Por eso estoy trabajando en un recurso educativo ligero diseñado para estudiantes, maestros y padres. Quiero estimular la conversación más grande del mundo sobre el futuro.