Para Lampadia
La semana pasada tuve la oportunidad de asistir al VI Congreso Mundial de Quinua, desarrollado en la ciudad de Puno. Tras un inicio caótico, donde por vez enésima quedo demostrada la baja capacidad de gestión de nuestro sector público, en este caso, el Ministerio de Agricultura y Riego, el evento pudo desarrollarse con relativa eficiencia y en un grato ambiente.
En un mismo espacio concurrieron empresarios, pequeños productores de la región andina, líderes cooperativos, académicos de varios países y algunos peruanos y peruanas (hay que ser socialmente correctos al escribir) especializados en reclamos y escándalos. La mala planificación del Minagri ocasionó que una buena parte de los asistentes al evento no recibiéramos completamente los materiales, específicamente el bolso con el logo del evento. La mayoría de asistentes renegamos un poco, pero lo pasamos por alto, al final viajamos y participamos en el evento por el aprendizaje y los contactos que podíamos establecer, no por un pequeño bolso conmemorativo. Algunos cuantos, especialmente una, hicieron cuestión de estado. Tras una larga pelea con los organizadores, trajeron a la Defensoría del Pueblo de Puno para exigir que mediante su intervención les den el dichoso maletín. Se levantó un acta y al final nunca supe si lograron recibir el maletín.
La intervención de los representantes de la Defensoría del Pueblo en un hecho tan banal me pareció, por decir lo menos, ridícula. Se me ocurren dos alternativas, la primera es que no tienen nada que hacer y la segunda es que tienen una burocracia tan grande que consideran importante para el país involucrarse en cualquier problema de comadres, en este caso, una señora y algunos cuantos más que no recibieron un maletín conmemorativo (que por cierto no era de entrega obligatoria en tanto no era parte de ningún contrato).
La inefable participación de la Defensoría en este anodino evento me recordó muchas ineficiencias de nuestras instituciones públicas. Recuerdo al Contralor opinando sobre la marca o la potencia del motor de las camionetas adquiridas por la policía o al Congreso intentando formar una enésima comisión para investigar al Sodalicio.
Tenemos un estado ya de por si ineficiente, creo que lo menos que podemos pedir es que los funcionarios públicos se dediquen a trabajar en lo que es realmente importante en su ámbito de intervención. La web de la Defensoría del Pueblo indica lo siguiente: “La Defensoría del Pueblo está facultada para investigar situaciones particulares —a solicitud de los ciudadanos o por iniciativa propia— con el propósito de verificar y esclarecer hechos que por su naturaleza constituyan la vulneración de derechos”. Podemos entender que la no entrega de un maletín promocional en un evento es una ¿vulneración de derechos?